Medidas fiscales y seguridad financiera son clave para afianzar las expectativas de crecimiento de Colombia
Los esfuerzos para reducir el déficit y mejorar la seguridad financiera han ayudado a proporcionar una plataforma sólida para el crecimiento futuro, según informe reciente del FMI. Sin embargo, se han recomendado reformas estructurales adicionales, con el fin de apoyar la expansión a largo plazo.
En un informe publicado a fines de abril, después terminar su Consulta del Artículo IV, el FMI indicó que la corrección de los desequilibrios fiscales había ayudado a estabilizar la economía de Colombia y prepararla mejor para posibles crisis externas.
Gracias a los recortes de gastos y a la implementación de presupuestos de austeridad a partir de la caída de los precios mundiales del petróleo en 2014, el déficit de la cuenta corriente disminuyó de 4,3% del PIB a 3,4% en 2017. Se prevé que esta cifra baje adicionalmente hasta 2,6% del PIB en 2018, según el FMI, a pesar del aumento del 1% en el gasto, dentro del presupuesto total de 235,5 billones de pesos colombianos (USD 82,5 mil millones) de este año.
Además de los esfuerzos fiscales, el FMI elogió las mejoras en las regulaciones bancarias, consideradas un factor clave para impulsar el mercado y la confianza de los inversores.
La implementación gradual de reformas que cumplen con Basilea III ha sido citada como un factor que mejora la estabilidad financiera. Como ejemplo, el FMI citó la Ley de Conglomerados, que será implementada más adelante este año, como un paso importante en este sentido.
Las medidas en los últimos años han sido fundamentales para sentar las bases de un repunte de la economía, y se espera que los precios del petróleo y el valor del peso respalden el crecimiento a corto plazo.
El FMI pronostica un crecimiento del PIB de 2,7% y 3,3% este año y el próximo, respectivamente, en comparación con 1,8% de 2017.
Un factor clave que podría apoyar esta expansión es el aumento en los precios mundiales del petróleo, que se han incrementado de alrededor de USD 67 por barril a principios de año, a poco menos de USD 80 a fines de mayo. Dado que el sector de Energía ha representado alrededor del 50% de las exportaciones totales en la última década, este aumento de precios podría impulsar aún más los ingresos nacionales.
Otro factor positivo es el régimen vigente de tipo de cambio flexible, citado por el FMI como un colchón importante contra las crisis mundiales.
El valor de la moneda en 2018 ha aumentado un 4,5% en dólares a fines de mayo, reduciendo la tasa de ganancias de hasta 10% en abril. Se espera que la revaluación ahorre a Colombia un monto considerable en los pagos de intereses por la deuda externa, pero también podría reducir los ingresos por concepto de aranceles aduaneros y de exportación.
A pesar de los progresos realizados, los observadores notan que hay una serie de factores internos que podrían ser clave para lograr un crecimiento sostenible a mediano y largo plazo.
Uno de estos se relaciona con la brecha de infraestructura del país. A pesar de haber clasificado en el puesto 66 entre 137 países, en el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial 2017-18, Colombia está en el puesto 87 en términos de infraestructura.
Si bien el programa de infraestructura vial de cuarta generación, de 24 mil millones de dólares, lanzado por primera vez en 2013, ha mejorado la conectividad interna y regional, el FMI señaló que las demoras en la agenda de infraestructura han contribuido a una disminución de la inversión privada.
Una vez completado, se espera que el programa reduzca los costos de transporte en un 28%, lo que aumentaría el PIB en un 1,5% anual como resultado de la mejora en logística, aumento del comercio y creación de empleo.
Otro factor clave es la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno y el grupo guerrillero de las FARC, concluido a fines de 2016.
Si bien se esperan desafíos a medida que el brazo político del grupo transite hacia un rol activo en la política, la situación general de seguridad del país ha mejorado, lo que conlleva a una mejoría en la inversión, así como un incremento del potencial para desarrollar industrias como la minería en áreas previamente consideradas inseguras.
Mayor reforma fiscal, clave para aumentar ingresos del Gobierno
Los impuestos se han destacado como un área adicional de posible reforma.
Aún cuando el FMI evaluó positivamente las medidas para reformar el sistema tributario –la recaudación de impuestos aumentó un 7,1% en 2017, según cifras de la Dirección Nacional de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) –, algunos analistas consideran urgente acometer más reformas. Por ejemplo, el grupo local de expertos Fedesarrollo estima que, sin cambios estructurales, el déficit en cuenta aumentará al 3,9% en 2019.
En este sentido, la firma global de consultoría y contabilidad KPMG ha pedido una serie de reformas tributarias, que incluyan reducciones adicionales a la tasa de impuestos corporativos, que está programada para ser bajada del 34% al 33%, este año.
KPMG también instó al país a no crear nuevos impuestos o aumentar las tasas impositivas para los gastos existentes, así como a reducir la lista de bienes y servicios exentos del Impuesto al Valor Agregado IVA, fortaleciendo la autoridad y la capacidad de la DIAN en la recaudación de impuestos, y así fortalecer los derechos de los contribuyentes.