NUEVA YORK.- Un taxista dominicano no identificado y aparentemente celoso entró al apartamento donde su exesposa, Elsira Suriel (Amarilis), de 53 años de edad, trabajaba como cuidadora de hogar, atendiendo una anciana de 92, la asesinó y luego se suicidó.
Los investigadores dijeron que el asesino suicida tenía 45 años de edad, pero no han revelado su nombre, diciendo que la investigación sigue activa.
Conocidos de la mujer y el hombre, dijeron que el matador siempre celaba a la señora Suriel, quien trabajaba todos los días como cuidadora en el hogar, y que escucharon entre cinco a seis balazos en el interior de la vivienda. La tragedia ocurrió el viernes cerca de las 9:00 de la mañana.
La policía explicó que el asesino llegó al apartamento situado en un edificio de la calle Menahan en el vecindario de Bushwick donde entró armado.
Las autoridades dijeron que recuperaron un arma, que no especificaron en la escena, y que las muertes de la pareja, es clasificada como otra tragedia de violencia doméstica.
“Se oyeron como tres o cuatro detonaciones”, dijo Raúl Salas, un vecino que conocía a una de las víctimas.
La policía dijo que el dominicano se dio un balazo en la cabeza.
La anciana cuidada por Suriel no fue lesionada por el asesino suicida.
“Vino hoy, le tocó a la puerta y le entró a tiros”, dijo Jorge González, uno de los vecinos.
Los residentes dijeron que la pareja era dominicana y hace un tiempo se había separado, pero la policía no ha confirmado esa versión.
Numerosos mensajes de condolencias han sido subidos a Facebook, especialmente por sobrinos de la muerta, entre ellos Johanna y Bienvenido Suriel, quien dijo que nunca imaginó que una tragedia así, iba a tocar las puertas de su familia.
Otra pariente de la mujer asesinada, que se identifica en Facebook como “Ojitos Chinos Suriel”, escribió “Hasta donde vamos a llegar con el feminicidio, es increíble dios mio. Hoy le paso a un miembro de mi familia mañana podria ser cualquiera a cualquiera de nosotras esto tiene que parar. Descansa en paz tia amarilis te vamos a extrañar”.
La tragedia conmocionó a todo el vecindario en Brooklyn, donde la difunta era ampliamente conocida.