Bares y restaurantes reabren en Río de Janeiro y Sao Paulo, mientras que Brasil registra uno de los días más letales de covid-19
El principal argumento de apoyo de ambos gobiernos estatales ha sido la disminución de la tasa de ocupación de las camas de UCI, aunque las cifras de muertes y contagios todavía son muy elevadas.
Las grandes urbes de Río de Janeiro y Sao Paulo abren nuevos servicios de ocio y comercios después de casi cuatro meses de clausura provocada por la pandemia del coronavirus. El principal argumento de apoyo de ambos gobiernos estatales ha sido la disminución de la tasa de ocupación de las camas de UCI, aunque las cifras de muertes y contagios todavía son muy elevadas. Si bien en las capitales la pandemia da muestra de una breve desaceleración, el coronavirus continúa propagándose por las ciudades más pequeñas, donde hay menor número de UCIs.
Ayer fue uno de los días más letales desde que la pandemia de covid-19 llegó a Brasil, registrando 1.312 muertes en 24 horas. En el país la curva continúa ascendente, suma un total de 66.741 muertes y 1.668.589 contagiados, de acuerdo con los últimos datos oficiales del 7 de julio. El presidente, Jair Bolsonaro, confirmó que había dado positivo en el test realizado tras presentar síntomas como fiebre, cansancio y dolores musculares. En su aparición, tras el anuncio del resultado, afirmó que el coronavirus es como «una lluvia, te va a afectar» y repitió que ha habido una «sobredimensión» de los riesgos derivados de la pandemia de coronavirus.
Poca afluencia tras la reapertura de bares y restaurantes en Sao Paulo
El estado de Sao Paulo (SP) posee el mayor número de casos de coronavirus dentro de Brasil, con 16.475 muertes y 332.708 contagiados, según los últimos datos. Los servicios de la región están volviendo a abrir y desde este lunes está permitida la reapertura de lugares de ocio, como bares y restaurantes, limitando los horarios de apertura hasta las 17 horas, el aforo al 40 %, con imposibilidad de colocar mesas en la calle, y exigiendo medidas de distanciamiento y protección.
Algunos de ellos han recurrido al uso de placas de acrílico para separar las mesas o, incluso, innovaciones tecnológicas para consultar el menú con sus smartphones y realizar pedidos. No obstante, en los dos primeros días de puertas abiertas todavía no se ha registrado gran afluencia de público en los locales de la capital paulista. De acuerdo con un sondeo de la Asociación Brasileña de Bares y Restaurantes (Abrasel), el 59 % de establecimientos de Sao Paulo no pretende abrir por el momento y, considerando solo los bares, asciende al 80 % la cifra de propietarios que prefieren permanecer cerrados ante las limitaciones sanitarias impuestas.
Clientes en una mesa de un restaurante, en el primer día de apertura de bares y restaurantes, Sao Paulo, Brasil, 6 de julio de 2020.
Amanda Perobelli / Reuters
Las cifras de coronavirus del gigante urbano paulista todavía son muy elevadas. En las últimas 24 horas, las autoridades sanitarias registraron 341 nuevos fallecidos y 9.638 contagios en todo el estado. No obstante, la tasa de ocupación de UCIs de la Gran Sao Paulo se ha reducido al 63,4 %.
Joao Doria, gobernador del estado, quiso tranquilizar a la población afirmando que en la última semana se había registrado una disminución de 30 muertes menos en relación a la semana anterior. Sao Paulo venía presentando una media de 1.500 fallecidos de covid-19 por semana, aunque a finales de junio la cifra se disparó casi a 2.000. El registro de nuevos casos también mostró un repunte durante esa misma semana, sin embargo, tanto la curva de casos como de óbitos está comenzando a descender en este estado en lo que va de mes de julio, con una tasa media de mortalidad del 5 %.
Los centros comerciales paulistas llevan un mes en funcionamiento y han registrado algunas aglomeraciones, las peluquerías y salones de belleza abrieron esta semana con mayor afluencia de clientela que la restauración, y se espera que cines, teatros y museos puedan abrir a finales de julio en la capital paulista. No obstante, algunos empresarios todavía no han abierto sus puertas por miedo a un nuevo cierre como sucedió a principios de junio, cuando se autorizó la apertura de una parcela del comercio secundario. Tras las aglomeraciones y aumento de contagios que se registraron en aquel momento, el gobierno del estado decretó de nuevo el cierre de todo negocio que no fuese de primera necesidad.