Caso Facebook: un problema de reputación y sostenibilidad empresarial
Comunicadora social, Santo Domingo
“Lo siento, es mi culpa”, ha dicho Mark Zuckerberg, fundador y accionista mayoritario de la plataforma Facebook, ante la prensa y en su discurso para el Congreso norteamericano, por los escándalos de robo de información confidencial de millones de usuarios de la red social.
Con rostro sonriente y la actitud positiva que suelen mostrar los emprendedores, Zuckerberg ha pretendido manejar con suavidad y calma escándalos como el de la empresa Cambridge Analytica, que ha sacado a la luz que Facebook permitió robo de información de sus usuarios, difusión de noticias falsas e injerencia de los rusos en asuntos estadounidenses.
Aunque la cifra ha variado, son más de 85 millones los usuarios de Facebook cuyos datos privados fueron robados por la citada empresa, dedicada a influenciar percepción ciudadana. Esto constituye una violación a la política de privacidad anunciada a los más de 200 millones de usuarios que abrieron cuentas en la afamada red.
No es un secreto que Facebook ha sido uno de esos “nuevos negocios” que en muy poco tiempo alcanzó sumas millonarias en los mercados bursátiles. También se posicionó entre las más poderosas redes sociales.
Esto sin duda, pudo haber despertado interés de terceros cuyo interés comercial se lucra de influenciar el comportamiento de las personas, sobre todo en aceptación o rechazo masificado de candidatos o decisiones políticas.
El modelo de negocio de Facebook tiene una particularidad. Su servicio es gratuito. Así que solo puede sostenerse capitalizando la información de sus clientes.
Ahora bien, el asunto es más serio de lo que pensamos. Las disculpas ayudan pero no bastan. Si bien hablamos de un gigante en las redes sociales, ahora le toca invertir en seguridad y ajustarse a ciertas reglas legales.
Por último, destaco una característica fundamental de las empresas cuya plataforma de negocio es la Internet, sobre todo las redes sociales. Su sostenibilidad depende de la confianza que generen en sus usuarios, cada vez más interconectados, los cuales traducen su vida a la información compartida. Por tanto, ameritan protección especial, un blindaje de mayor nivel.
En las empresas tecnológicas, más que en las de otra naturaleza, está en juego la confianza de usuarios, socios e inversionistas. Una vez que ésta se pierde, cuesta dinero, tiempo y mucho esfuerzo humano recuperarla. Sostenibilidad y reputación son los pilares que sostienen a las empresas de cualquier sector.