¿Cómo actúa el sistema inmunológico contra el cáncer?
El sistema inmunológico es un complejo sistema de defensa cuya función principal es proteger el organismo frente a agentes externos. Es importante poder diferenciar los componentes propios, del organismo de la misma persona, de los ajenos.
Del mismo modo, el sistema inmunológico también es capaz de identificar y combatir componentes celulares propios. Esto ocurre cuando estos componentes resultan ser anormales. Este es el caso de las células cancerígenas, que presentan diferencias respecto a la célula normal.
Cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los tejidos cercanos. El cáncer es una enfermedad peligrosa y es muy importante contar con ayuda profesional para combatirla adecuadamente.
Funciones del sistema inmunológico
Además de reconocer y combatir las células tumorales, el sistema inmunológico también tiene otras formas de prevenir su aparición.
- Protege de infecciones víricas que pueden conducir a la aparición de tumores. Este es el caso, por ejemplo, del virus del papiloma humano. Entre otros, con gran potencial mutagénico, por lo que su infección puede alterar el material genético de las células.
- Combate eliminando los agentes patógenos externos. Cuando existe una infección, el cuerpo responde desarrollando una inflamación en torno a esta. Sin embargo, dicha inflamación debe ser resuelta eficazmente pues este entorno puede conllevar en ocasiones la aparición de tumores.
- Identifica y elimina las células cancerígenas. Esto es a través de marcadores específicos.
Los antígenos de superficie
Pero, ¿cómo reconoce el sistema inmunológico a las células cancerígenas?La respuesta está en unas proteínas de superficie, presentes en todas las células, denominadas antígenos de superficie.
Los antígenos de superficie de las células tumorales son diferentes a los de las células sanas. Así, las células del sistema inmunológico pueden reconocer estos antígenos y detectar cuándo corresponden a una célula mutada.
Las células inmunitarias capaces de llevar a cabo tal tarea de reconocimiento son los linfocitos T. Estos linfocitos T poseen una serie de receptores que detectan los antígenos de superficie.
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Ciclo inmune frente al cáncer
La respuesta del sistema inmunológico frente al cáncer, se inicia con el reconocimiento de las células mutadas, gracias a los antígenos de superficie anteriormente mencionados. Estos antígenos son examinados por los linfocitos T, presentes en los ganglios linfáticos.
Tras esto, los linfocitos T sufren una serie de cambios y se activan. Esto les da la capacidad de movilizarse y viajar a los vasos sanguíneos. A través de estos, los linfocitos T llegan hasta el tumor dirigidos por gradientes de concentración de ciertas moléculas señalizadoras.
Una vez llegan a la zona de tumor, los linfocitos T se infiltran en dicha región con el fin de atacarlo. Aquí reconocen las células tumorales que presentan determinadas proteínas en su superficie y proceden a su destrucción.
Esto se consigue gracias a la estimulación de otra serie de células del sistema inmunológico. Por ejemplo, las células Natural Killler (NK) o los macrófagos.
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Mecanismos de escape de las células tumorales
La razón que explica el desarrollo del cáncer pese a la actuación del sistema inmunológico es que, algunas células cancerígenas han acumulado tantas mutaciones que presentan mecanismos para evitar la actuación del sistema inmunológico.
Estos mecanismos permiten a las células tumorales ocultarse del sistema inmunológico. Por ejemplo, escondiendo los antígenos de superficie que podrían ser reconocidos por este.
En estos casos, el sistema inmunológico puede contraatacar gracias a las células Natural Killer. Estas son capaces de detectar cuándo una célula ha perdido sus antígenos de superficie propios, la reconocen como extraña y la eliminan.
Otro de los mecanismos que pueden usar las células tumorales para impedir la acción del sistema inmunológico es producir mensajeros químicos con acción inhibitoria sobre las células inmunitarias. De esta forma, crean inmunosupresión en torno a la zona del tumor. Esto favorece la supervivencia de las células cancerígenas.
Por todo esto, el principal objetivo de la inmunoterapia, es precisamente ayudar al sistema inmunológico a combatir las células anormales. Esto se puede conseguir con terapia adyuvante, que utiliza anticuerpos dirigidos contra las células tumorales, a fin de favorecer su eliminación.