El director de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. (CIA), William Burns, ha publicado un artículo en Foreign Affairs con el título ‘El espionaje y el arte de gobernar.
Transformando la CIA para una era de competencia’. Tarik Cyril Amar, historiador alemán de la Universidad Koc de Estambul, especializado en Rusia, Ucrania y Europa Oriental, lo analizó para explicar qué subyace a las palabras del autor.
De acuerdo con Amar, el artículo de Burns no solo llamará la atención de la «élite estadounidense», sino que también será cuidadosamente examinado en el extranjero, incluidos países como Rusia, la India y China, «por varias razones».
Una de ellas se basa en que Burns, aparte de ser el jefe de la CIA, es «un peso pesado reconocido de la geopolítica estadounidense tanto en su versión estatal como de Estado profundo», sostiene el experto.
«Si bien el pretexto de Burns es un llamado a apreciar la importancia de los agentes de inteligencia humana, su agenda es mucho más amplia.
En efecto, lo que ha publicado es un conjunto de recomendaciones de políticas estratégicas, integradas en una descripción panorámica», opina Amar, al tiempo que afirma que Burns «no es, por supuesto, el único autor».
Aunque él mismo haya escrito «cada línea» del artículo, debería considerarse como «una declaración programática de una poderosa facción de los ‘siloviki’ estadounidenses, los hombres (y mujeres) que ejercen el todavía gigantesco poder duro del imperio estadounidense», indica.
Objetivos de Burns
Amar señala que algunos puntos clave del artículo de Burns son abiertamente «claros». El jefe de la CIA «está ansioso (quizás desesperado) por evitar que Washington ponga fin a su ayuda masiva a Ucrania, una batalla que probablemente pierda.
En Medio Oriente, quiere centrar la agresión occidental en Irán», dice el experto.
No obstante, «gracias a los creadores de tendencias multipolares», como la Organización de Cooperación de Shanghái y los BRICS, Irán inevitablemente logrará superar el aislamiento que EE.UU. le ha impuesto.
Asimismo, en relación con la arena internacional, Burns busca «persuadir a sus lectores de que EE.UU. puede tener tanto su gran lucha contra China como su guerra ‘proxy’ contra Rusia».
Por otro lado, intenta «aumentar la influencia» de la CIA, al asegurar que el organismo que él mismo dirige amplía su «trabajo» en territorio ruso.
Sin embargo, luego del mortal atentado en Crocus City Hall, en las afueras de Moscú, tal afirmación «no da una buena imagen, en absoluto», especifica Amar.
Errores de Burns
En su artículo, el director de la CIA comete «tres errores sorprendentemente burdos» al intentar persuadir a sus lectores de la certeza de sus argumentos.
El primero es que Burns se centra en calificar el actual desarrollo del conflicto ucraniano como «un fracaso en muchos niveles» para Moscú.
«La guerra económica de Occidente contra Rusia ha resultado contraproducente», puntualiza el especialista, haciendo hincapié en que la economía rusa se ha vuelto «más fuerte, más resistente e independiente de Occidente que nunca».
Por otro lado, al hablar de las pérdidas de equipamiento por parte del Ejército ruso, Burns olvida mencionar que Rusia está experimentando «una expansión masiva y efectiva de la producción militar».