El avance de los talibanes en Afganistán: Cómo han aumentado su control de territorio desde abril
A medida que Estados Unidos concreta su retiro de tropas desde el país asiático, el ejército afgano ha ido cediendo progresivamente dominio de distintas zonas a los rebeldes.
Una delegación del movimiento político de los talibanes aseguró este 9 de julio en Moscú, Rusia, que su grupo controla el 85 % de Afganistán y que no firmó ningún alto el fuego con Estados Unidos. Con la retirada de las tropas estadounidenses y británicas del país, el movimiento insurgente lleva a cabo una ofensiva y tiene gran parte del territorio bajo su control.
La expansión del control de los talibanes en Afganistán avanza a un ritmo impasible. Así lo confirmó una delegación política del movimiento político de los talibanes que visitó este viernes la ciudad de Moscú.
Shahabuddin Delawar, el líder de una delegación insurgente, afirmó que los talibanes tienen ahora el 85 % de Afganistán bajo su poder y que no hicieron ningún pacto de alto el fuego con Estados Unidos. Con esta afirmación estarían bajo el control del grupo unos 250 de los 398 distritos del país.
Y, aunque los datos proporcionados no han podido ser verificados, los hechos acusan que es la primera en dos décadas de guerra que los talibanes consiguen conquistar tantos territorios en tan poco tiempo.
Y es que, tras el inicio de una virulenta ofensiva el 1 de mayo, el movimiento fundamentalista islámico sunní ha conseguido controlar al menos 110 de los 407 distritos afganos, aprovechando la retirada de las tropas militares de Estados Unidos y la OTAN, en el país desde hace más de dos décadas.
La importancia de la retirada de tropas estadounidenses y británicas
El anuncio del avance de los talibanes en Afganistán viene acompañado del anuncio de Joe Biden del jueves, en el que aseguró que las tropas abandonarán por completo el territorio afgano el 31 de agosto. También aseguró no confiar en los talibanes ni en el futuro que depara al país, aunque prometió no enviar a otra generación de estadounidenses a la guerra afgana.
De igual forma, a pesar de no tener la misma presencia que Estados Unidos, el primer ministro británico, Boris Johnson, informó el jueves de que «la mayoría» de sus soldados habían abandonado la nación marcada por el conflicto.
“Ninguna nación ha unificado nunca Afganistán. Ninguna nación. Hay imperios que han ido allí y no lo han conseguido”, dijo Biden desde la Casa Blanca el 8 de julio, descartando toda posibilidad de futura intervención en el país de Medio Oriente.
Desde mediados de abril, cuando el presidente Joe Biden anunció el fin de la «guerra eterna» en Afganistán, los talibanes han avanzado por todo el país. Recientemente han arrasado decenas de distritos, tomando el control a menudo sin luchar. Durante la semana pasada, acapararon los territorios fronterizos con Tayikistán, Uzbekistán, China y, el jueves, con Irán.
La apresurada retirada de las tropas ha acusado la falta de comunicación entre el Gobierno afgano y el de Estados Unidos, ya que se dieron episodios como la salida, en mitad de la noche, de los operativos estadounidenses de la base aérea de Bagram, un símbolo de la presencia militar estadounidense en el país asiático.
Por su parte, el último de los movimientos de los talibanes fue la toma este viernes de dos ciudades fronterizas, Islam Qala y Turghundi, que conectan la actividad comercial de Afganistán con sus vecinos Irán y Turkmenistán, situadas en la provincia occidental de Herat.
Durante su intervención en Moscú, Shahabuddin Delawar también aprovechó para recordar a la comunidad internacional y a Estados Unidos que su grupo no había prometido el alto el fuego en un acuerdo firmado en febrero de 2020, que pretendía facilitar la salida de las tropas estadounidenses. El Gobierno afgano no fue parte del acuerdo y tampoco participó en las conversaciones que lo hicieron posible.
El acuerdo de tres páginas establecía un calendario para la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, así como otras garantías en materia de seguridad, pero no incluía ningún compromiso de alto el fuego, dejándolo como un «punto en la agenda de futuros diálogos y negociaciones».
Pero Estados Unidos y la OTAN no son los únicos preocupados por el asunto. Precisamente por eso Rusia llamó a una reunión a los talibanes en el país, tras la que prometió no intervenir mientras sus prácticas no afectaran sus intereses o los de sus aliados en el continente asiático.
Las consecuencias del conflicto
La profunda crisis social, política y económica que atraviesa el país podría recrudecerse con la intensificación del conflicto interno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió de que unos 3,1 millones de niños menores de cinco años corren riesgo de sufrir malnutrición aguda en Afganistán.
“Hay una larga historia de malnutrición crónica en Afganistán debido a décadas de subdesarrollo”, señaló Brennan, durante una rueda de prensa en Ginebra.
La malnutrición es uno de los mayores desafíos para los ciudadanos de Afganistán, pero no el único. La pandemia también está golpeando al país, con el peor momento epidemiológico desde que esta empezó.
Por eso, Estados Unidos mandó 3,3 millones de dosis de Johnson & Johnson, y la OMS planea enviar 3,5 millones más la próxima semana. También enviarán otros aparatos para paliar la crisis como concentradores de oxígeno. A la vez, la organización mostró su preocupación por el acceso cada vez más complicado a la región a causa del conflicto.
Los talibanes afirmaron este 9 de julio en Moscú que siguen buscando una solución política al conflicto para cesar los ataques lo más pronto posible. Un mensaje que ya transmitió una delegación del Gobierno afgano en Irán el pasado miércoles.
«No queremos luchar. Queremos encontrar una solución política a través de negociaciones políticas», dijo el portavoz talibán Mohammad Sohail Shaheen al respecto.
No obstante, las estancadas conversaciones entre los dos frentes afganos en Doha están estancadas desde hace aproximadamente seis meses. Por el momento, no se prevén resultados prontos como un diálogo más estable y el cese de las hostilidades en el país.