El Likud arropa a Netanyahu pese a estar procesado
Israel mantiene el bloqueo político ante las elecciones de marzo
El Likud ha cerrado filas en torno a su líder, Beniamin Netanyahu, el primer ministro que ha llevado al partido a cuatro triunfos electorales y que volverá a intentarlo en las elecciones. de marzo. Netanyahu se ha impuesto con claridad en las primarias pese a estar procesado por corrupción. Este triunfo retrasa la renovación del Likud y anticipa que el bloqueo político en Israel se mantendrá después de las elecciones, que serán las terceras en un año.
Bibi Netanyahu afrontó las primarias con total intensidad. Cruzó el país de punta a punta. Llegó a visitar cinco ciudades en un solo día, mítines en los que era recibido con un entusiasmo rayano en el culto a la personalidad. “Bibi, rey de Israel” ha sido la proclama más repetida.
El primer ministro no quiso dejar nada al azar y, a pesar de que su triunfo parecía claro, necesitaba una victoria aplastante sobre su rival, Gideon Saar, y esta es la que obtuvo el jueves por la noche. Se impuso con el 72,5% de los votos. Gaar se quedó con el 27,5% restante. El mal tiempo y las vacaciones de Hanukkah no disuadieron a la militancia del Likud. Votó la mitad de los 116.000 afiliados, lo que es una participación normal en unas primarias.
Primarias
El líder del partido obtiene el 72,5% de los votos frente al 27,5% de su rival, Gideon Saar
El reto de Gaar ha sido el más grande dentro del Likud al que Netanyahu ha tenido que hacer frente en muchos años. Gaar, de 53 años, representa el relevo generacional –Netanyahu tiene 70– y su campaña se ha basado en un dato controvertido, uno que ha partido por la mitad al electorado conservador: ¿Es ético que un primer ministro procesado por corrupción sea el candidato a las elecciones?
El fiscal general del Estado lo acusa de haber ofrecido ventajas por valor de cientos de millones de euros a varios magnates de los medios de comunicación a cambio de un trato de favor. La ley no le obliga a dimitir pero no está claro si, en caso de ganar las elecciones, podrá recibir el encargo de formar gobierno. El Tribunal Constitucional se pronunciará el martes sobre esta cuestión.
Saar, halcón y tecnócrata, sostenía que con Netanyahu el Likud no podrá imponerse a la coalición de centro izquierda Azul y Blanco que lidera Benny Gantz.
Futuro incierto
El Constitucional decide el martes si un primer ministro procesado puede formar gobierno
Es verdad que la popularidad del primer ministro se ha resentido desde que fue procesado el mes pasado, pero la militancia no es partidaria de abandonarlo en estos momentos difíciles. El Likud sólo ha tenido cuatro líderes desde su fundación en los años setenta y nunca una votación interna ha descabalgado a un primer ministro. Netanyahu ha presidido el partido durante 20 años, los últimos 14 de forma ininterrumpida.
Las encuestas señalan que ni el Likud ni Azul y Blanco tendrán los votos suficientes para formar gobierno después de marzo. Esta parálisis beneficia a Netanyahu que siendo primer ministro interino puede defenderse mejor de las acusaciones de corrupción.
La única salida parece una gran coalición pero Gantz no quiere compartir el gobierno con un primer ministro procesado. Netanyahu, además, insiste en mantener la jefatura de gobierno en los dos primeros años del próximo mandato. Cuanto más tiempo retenga el poder más presión podrá aplicar sobre la justicia. Se enfrenta a penas que suman hasta diez años de prisión y las pruebas en su contra son abrumadoras. Con una sólida mayoría parlamentaria podría pasar una ley de inmunidad hecha a su medida, pero este es el mandato que, precisamente, le negaron los israelíes en las elecciones de abril y septiembre de este año.
Netanyahu, a pesar de que la Fiscalía posee grabaciones de audio que lo vinculan directamente con el trato de favor a los magnates de la comunicación, habla de una “caza de brujas” impulsada por la elite progresista que domina los medios.
Tanto esta estrategia como el apoyo del Likud tienen un claro paralelismo con el impeachment a su amigo Donald Trump. También el presidente norteamericano habla de caza de brujas y también los republicanos han cerrado filas denunciando un proceso político.
El Likud, en todo caso, se prepara para la era post- Bibi . Saar era hasta ahora la opción más clara. Haber retado la hegemonía del primer ministro puede pasarle factura. Muchos lo acusarán de traidor, especialmente los que hoy esperan su momento en la sombra.