Ernesto Selman: Precios del petróleo no serán amenaza para economía mundial
La industria del petróleo tiene una naturaleza cíclica debido a que es intensivo en capital, sostiene el economista
SANTO DOMINGO, RD.- “No parece que el precio del petróleo se incrementará de manera significativa en el corto y mediano plazos”, asegura Ernesto Selman, vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), en un amplio artículo publicado en la web de la institución.
“Más bien”, plantea Selman, “parecería que la tendencia sería a la baja a partir de estos momentos. Cualquier incremento que se verifique en el precio del barril de petróleo será de corto plazo, respondiendo a factores que generen incertidumbre en términos geopolíticos”.
“En consecuencia, no percibimos que los precios del barril de petróleo se constituyan en una amenaza a la economía mundial en el corto ni mediano plazos”, considera el economista dominicano.
A continuación el informe:
Precios del petróleo no serán amenaza para economía mundial
Martes, 29 Mayo 2018
Ernesto Selman
Introducción
El petróleo es un insumo que se requiere en diversas facetas de la actividad económica que realizan los seres humanos en tiempos modernos. La industria del petróleo tiene una naturaleza cíclica debido a que es intensivo en capital, por lo que toma tiempo ajustar la estructura de la producción en tanto se construyen nuevas facilidades para la extracción. En adición, los períodos de exploración antes de tomar la decisión de invertir pueden ser muy largos para responder a nuevas realidades del mercado. En cambio, las señales que se reciben del mercado en cuanto a la demanda no son fácilmente verificables y se producen en plazos más cortos que la creación de nueva capacidad productiva.
Otro factor determinante en la industria petrolera es la geopolítica y el manejo político de una gran parte de la producción a nivel mundial. Muchas empresas petroleras son propiedad o manejados por estados nacionales y se ejerce mucha influencia desde quienes ostentan el poder político[1]. Según un estudio del Banco Mundial se estima que el 75% de la producción de petróleo se realiza por empresas estatales y el 90% de las reservas mundiales dependen de decisiones políticas a través de esas empresas. Las políticas y objetivos de inversión, producción e intercambio de las empresas petroleras no son igual en Venezuela que en Canadá, por ejemplo.
Debido a la importancia que revierten los precios del petróleo sobre la economía dominicana, nos permitimos hacer un análisis de fundamentos de la industria. Debido al aspecto cíclico de la industria petrolera y la influencia que se ejerce desde las esferas políticas a nivel mundial, es importante hacer un análisis objetivo y sin apasionamientos. En este artículo analizamos el mercado del petróleo del lado de la oferta, del lado de la demanda y la influencia de los fenómenos monetarios sobre los precios. En específico, se analiza el comportamiento del dólar estadounidense frente a las demás monedas, porque es la moneda que más se utiliza como medio de intercambio en el mercado de petróleo.
La OPEP y las nuevas tecnologías
Tradicionalmente, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha ejercido una influencia determinante en el mercado de petróleo a nivel mundial, manipulando niveles de producción y ejerciendo influencia sobre los precios. Este cartel está compuesto por 14 países miembros y producen el 42.5% del petróleo a nivel global[2]. La manipulación del mercado de petróleo por parte de la OPEP se hizo más evidente en los años 70. En la actualidad, los gobiernos siguen haciendo acuerdos públicos para obtener beneficios particulares y mejorar los flujos de divisas a sus economías. Las nuevas tecnologías han disminuido la influencia de este cartel, principalmente las que se han adoptado en Estados Unidos y Canadá.
El fracturamiento hidráulico, el esquisto bituminoso y la perforación horizontal, entre otras tecnologías de vanguardia, han hecho que Estados Unidos se haya convertido en el mayor productor de petróleo del mundo, luego de Arabia Saudita. La inversión en estas nuevas tecnologías de extracción de petróleo, propiciaron una mayor producción y la apertura de nuevos pozos petrolíferos, sustentando sus operaciones en los elevados precios del petróleo registrados entre principios del 2007 y mediados del 2014.
Entre los años 2006-2008 Estados Unidos producía unos 5 millones de barriles de petróleo al día y era un importador neto de petróleo. Con la adopción de las nuevas tecnologías, inició un incremento constante de la producción, sobrepasando los 10 millones de barriles por día, en julio de 2017. En la actualidad, EEUU ha llegado a producir unos 10.85 millones de barriles por día y se espera que la producción se incremente a 11.9 millones de barriles para el 2019.
Tendencias del mercado de petróleo
Por el lado de la oferta
Con la introducción de la nueva producción de EEUU en el mercado mundial, los precios del barril de petróleo se redujeron de un rango de US$80-110 por barril entre 2011-2014 a unos US$26 en febrero del 2016[3]. Debido al incremento de la producción mundial, se incrementaron los inventarios y reservas estratégicas en el mundo. Por ello, se verificó la drástica reducción de los precios y los países miembros de la OPEP y otros aliados (principalmente Rusia) acordaron reducir la producción de petróleo en 1.8 millones de barriles a partir de enero de 2017. Con la reducción de la producción de Venezuela más allá de lo previsto, se alcanzaron las metas del cartel de petróleo: los inventarios (excluyendo reservas estratégicas) se redujeron a los niveles deseados por OPEP, Rusia y otros.
Los recortes en la producción desde principios del 2017 fueron presionando el precio del petróleo hacia arriba y durante los últimos diez meses (desde julio, 2017) el precio del petróleo se incrementó por encima del 55%. Con el anuncio del Presidente de EEUU en el sentido que abandonaba el acuerdo nuclear con Irán e imponía sanciones económicas, se introdujo incertidumbre en el mercado del petróleo. En la semana que se anunciaron las sanciones de EEUU a Irán se presentaron otros eventos que afectaron el ambiente geopolítico en Medio Oriente, cuando Israel destruyó facilidades militares iraníes en Siria. Estos eventos de conflicto y confrontación en términos geopolíticos acentuaron la tendencia del incremento del precio del petróleo.
En principio, las sanciones de EEUU buscan limitar las exportaciones de Irán, que rondaban los 2.5 millones de barriles de petróleo al día; esas sanciones podrían sacar más de un millón de barriles del mercado mundial. Sin embargo, muchos expertos sostienen que las sanciones afectarían solo a empresas estadounidenses y no así europeas y asiáticas, porque todavía se mantendrían dentro del acuerdo nuclear. En consecuencia, se estima que Irán seguirá exportando petróleo, principalmente a la China e India, sus principales compradores. Si sucediera, esas exportaciones se harían utilizando el yuan u otra moneda como medio de intercambio, no el dólar estadounidense.
Cuando se elimina el ruido de los elementos geopolíticos de muy corto plazo, no parece que la tendencia del incremento del precio del petróleo se mantendrá en el corto plazo ni mediano plazos. Debido al incremento de precios, los pozos de petróleo se siguen abriendo en EEUU; la producción en EEUU sigue batiendo records en las últimas semanas. Además, precios más elevado del petróleo incentiva la inversión en infraestructura y la producción de petróleo. Por otro lado, se incentiva la adopción de otras tecnologías alternativas, como la energía solar y eólica. En todo caso, el avance en el uso de las nuevas tecnologías adoptadas con la revolución petrolera en EEUU han hecho que el costo de producción sea menor que hace tan solo un par de años.
Por otro lado, los Emiratos Árabes han anunciado que cualquier reducción de las exportaciones de petróleo de Irán la iban a cubrir con nueva producción, dado que tienen capacidad ociosa para producir unos 2 millones de barriles diarios, adicionales a la producción actual. En adición a ello, ya se ha avanzado que los países miembros de la OPEP junto con Rusia y otros terminarán o relajarán las restricciones de producción en la próxima reunión de la OPEP el 22 de junio. Estos países tienen un incentivo muy claro de incrementar la producción de petróleo para mejorar sus finanzas públicas y el desempeño macroeconómico, en general.
Luego de un déficit fiscal aproximado de 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en 2017, Arabia Saudita proyecta un alto déficit de 7.3% para este 2018. Un incremento en la producción de petróleo podría mejorar este aspecto de las políticas públicas, dado que todavía los ingresos del gobierno dependen mucho de ese commodity. Aunque Rusia tiene un déficit fiscal mas controlado, del 1.3% del PIB, las sanciones de EEUU en abril pasado a muchos empresarios, políticos y empresas relacionadas con temas de corrupción han tenido un impacto importante en el flujo de divisas a ese país. Sólo en el mes de abril el rublo se depreció en 9% y un incremento en las exportaciones de petróleo ayudaría a apuntalar la moneda rusa.
Por el lado de la demanda
Las proyecciones macroeconómicas de los distintos organismos internacionales parecen muy optimistas en cuanto al crecimiento económico mundial y la demanda de petróleo y combustibles en particular. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento mundial del 3.9% para este año 2018. En sus estimaciones, el FMI asume que los mercados emergentes crecerán 4.9% y las economías mas avanzadas 2.5%, lo que parece optimista en ambos casos.
Del lado de las economías más avanzadas, parece que EEUU es el único país que tiene capacidad para crecer en esos niveles por las reformas que ha asumido en el último año. Un marco regulatorio menos oneroso, menores impuestos al emprendimiento y reformas financieras que permite a los pequeños jugadores competir con las grandes instituciones financieras señalan a un incremento de la productividad en EEUU. En Europa continental las reformas han sido tímidas en el mejor de los casos (Francia y España) o ya se habían adoptado en períodos anteriores (Alemania).
Las incertidumbres que se han generado recientemente por la crisis política e institucional en Italia, desincentivan la inversión y la producción en Europa. En adición, un marco regulatorio muy costoso para hacer negocios, sistemas impositivos onerosos al emprendimiento y mercados laborales muy rígidos sigue frenando el potencial de las economías europeas. El Japón mantiene políticas públicas que no han permitido un relanzamiento de su economía y las reformas en muchos casos han sido sólo cosméticas o contraproducentes, como el caso de los incrementos de impuestos.
Del lado de las economías emergentes, será difícil que se verifique el crecimiento del 4.9% que estima el FMI, dado que las tendencias actuales no son favorables en el futuro inmediato. Con el endurecimiento de la política monetaria en EEUU, los tipos de interés se han incrementado en todo el mundo. En el 2017, el banco central estadounidense empezó a deshacer los estímulos monetarios que implementó a raíz de la crisis financiera internacional, retirando dinero inorgánico que había emitido. Desde el 2015 ya venía incrementando los tipos de interés de referencia de la institución emisora de dinero y se proyecta que esto continuará durante los próximos 18 meses.
Junto con una reforma tributaria que incluyó reducciones importantes de impuestos, la eliminación de regulaciones onerosas y la reforma al sistema financiero, los flujos de capital a mercados emergentes ha disminuido. Todos los factores mencionados han resultado en una apreciación importante del dólar estadounidense. En efecto, durante los últimos tres meses el dólar estadounidense se ha apreciado en 4.15% con respecto a una canasta de 16 monedas, según un índice desarrollado por el Wall Street Journal[4]. La apreciación o fortalecimiento del dólar tiene implicaciones económicas importantes para los países con mercados emergentes.
Debido a que las monedas tienden a depreciarse cuando se fortalece el dólar, el servicio de la deuda de países emergentes se hace más costoso en moneda local y dificulta el manejo de las finanzas públicas. Aunque todavía no se ha hecho evidente, las economías emergentes deberán aceptar mayores tipos de interés internamente para contrarrestar las presiones a sus mondes. A su vez, esto tiene un impacto negativo al crecimiento económico. Por otro lado, los países importadores netos de commodities también asumen mayores retos al tener que pagar esos bienes a mayor precio en moneda local.
El incremento de los tipos de interés mundiales y la apreciación del dólar tienen el potencial de poner en riesgo el equilibrio macroeconómico de distintas economías emergentes. A la fecha, Argentina y Turquía han verificado fuertes depreciaciones de sus respectivas monedas. En Rusia, la combinación de estos factores con sanciones a distintos agentes económicos, también han surtido sus efectos.
Los gobiernos de economías emergentes asumieron una agresiva política de endeudamiento durante la época de crédito fácil y tipos de interés artificialmente bajos. Esto hace que esas economías sean vulnerables con el cambio en las condiciones monetarias y financieras. Como consecuencia, no parece que el crecimiento económico de las economías emergentes alcance las cifras que proyecta el FMI. De ser así, la demanda de petróleo no será suficiente para sostener los precios del petróleo por encima de lo que se ha verificado en las últimas semanas.
El dólar y el precio del petróleo
Otro elemento que debe resaltarse con respecto a la apreciación del dólar estadounidense es su efecto sobre los precios de los commodities, debido a que es moneda que mas se utiliza en el comercio mundial. En este sentido, existe una relación inversa entre la valoración del dólar y los precios de los commodities, especialmente con respecto al petróleo. Es decir, cuando se fortalece el dólar, el precio del barril de petróleo tiende a disminuir, y viceversa.
Esta relación inversa se puede ver deteriorada en el muy corto plazo, cuando se presenta mucha incertidumbre en el mercado del petróleo. Con los factores geopolíticos que se presentaron a raíz de las sanciones a Irán y los conflictos con Israel, el precio del petróleo aumentó, a pesar de una apreciación del dólar. Pero, de nuevo, estos son efectos de muy corto plazo y las tendencias en el tiempo siguen los fundamentos del mercado. En la medida que el banco central estadounidense mantenga una política monetaria más restrictiva y otros mantengan una política monetaria laxa, continuará la apreciación del dólar estadounidense en los mercados financieros internacionales.
No parece que el Banco Central Europeo endurecerá la política monetaria en los próximos 12-18 meses de manera decisiva, como ya lo hace la Reserva Federal. Por consiguiente, no es de sorprenderse que en los próximos 12 meses se regrese a la paridad del dólar y el euro. La economía estadounidense es la que muestra señales de un incremento de productividad importante en el corto y mediano plazos, por lo que da razones para pensar que la apreciación del dólar se sostendrá por los fundamentos y no sólo por fenómenos monetarios. De nuevo, en la medida que se utiliza el dólar, principalmente, en las transacciones de compra y venta de petróleo, una apreciación del dólar mantendrá en jaque cualquier incremento del precio del barril de petróleo.
Conclusión
Los incrementos de precios que se han verificado durante los últimos meses parece que llegan a su fin. Los picos de las últimas semanas responden a fenómenos geopolíticos que crean incertidumbre en los mercados y provocan esos incrementos de precios en el muy corto plazo. Los fundamentos del mercado de petróleo nos indican que no se verificarán aumentos significativos en el corto o mediano plazos. Las nuevas tecnologías de extracción de petróleo que se han desarrollado en EEUU han provocado una explosión en la producción de crudo y han deteriorado el poder del cartel de países productores de petróleo alrededor de la OPEP.
Las restricciones a la producción impulsadas la OPEP y Rusia, principalmente, que se impusieron desde inicio del 2017 cumplieron con su cometido: los inventarios y reservas estratégicas han llegado a los niveles deseados y llevaron al petróleo a los niveles de precios de US$60 dólares por barril. En la actualidad, existen incentivos importantes para incrementar la producción de petróleo por parte de los países miembros del cartel y otros que han llevado una política coordinada. También, los precios actuales promueven la inversión y la producción en los EEUU, ya que se alcanzan beneficios a precios más bajos por mayor eficiencia, durante los últimos dos años, de las nuevas tecnologías.
No parece que la demanda de petróleo corresponda a las expectativas de muchos analistas y organismos internacionales. Entre las economías avanzadas, sólo EEUU da señales de un mayor crecimiento económico en base a mayor productividad; las demás parecen rezagadas y no adoptan cambios estructurales para alcanzar mayor crecimiento. Los incrementos de los tipos de interés y la apreciación del dólar estarán poniendo presión a las economías emergentes para seguir creciendo al ritmo que lo hicieron durante la época de crédito fácil y barato. El cambio en las condiciones monetarias y financieras implicarán menor crecimiento económico y, en consecuencia, menor demanda de petróleo.
Por último, el hecho que las transacciones de petróleo se realicen, principalmente, en dólares estadounidenses, hace que la propia apreciación del dólar mantenga bajo control los precios del barril. La apreciación del dólar no se verifica sólo por una política monetaria más restrictiva de EEUU comparado con otros países, sino que el incremento de la productividad de esa economía parece que será mayor que otras economías avanzadas a raíz de las reformas que se han puesto en vigencia durante el último año.
Por todos los factores analizados, no parece que el precio del petróleo se incrementará de manera significativa en el corto y mediano plazos. Más bien, parecería que la tendencia sería a la baja a partir de estos momentos. Cualquier incremento que se verifique en el precio del barril de petróleo será de corto plazo, respondiendo a factores que generen incertidumbre en términos geopolíticos. En consecuencia, no percibimos que los precios del barril de petróleo se constituyan en una amenaza a la economía mundial en el corto ni mediano plazos.
Notas
[1] Las empresas petroleras estatales más importantes son: 1. Compañía de Petróleo de Arabia Saudita, produciendo 9.5 millones de barriles por día en el 2014; 2. Rosneft (69.5% propiedad del estado ruso), produciendo unos 4.1 millones; 3. Compañía Nacional de Petróleo de Irán, con unos 4 millones; 4. Corporación Nacional de Petróleo de la China (con su subsidiaria PetroChina), con unos 3.3 millones; 5. Corporación de Petróleo de Kwait, con unos 2.8 millones; 6. Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dhabi, con unos 2.7 millones; 7. Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria, con 2.4 millones; y, 8. Petróleos de Venezuela -PDVSA- produciendo unos 2.85 millones de barriles por día en 2014 y 1.4 millones en 2017 (se espera que caiga a 800,000 el año que viene).
[2] Miembros fundadores en 1960: Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela. Otros se afiliaron posteriormente: Qatar (1961), Indonesia (1962), Libia (1962), Emiratos Árabes (1967), Algeria (1969), Nigeria (1971), Ecuador (1973), Gabón (1975), Angola (2007) y Guinea Ecuatorial (2017).
[3] Se utiliza el precio de referencia del West Texas Intermediate (WTI) porque es el relevante para la República Dominicana y el hemisferio occidental.