FIFA Gate: detalles del mayor escándalo de corrupción en la historia del fútbol que involucró a Rusia y Qatar
La mayor parte de la evidencia fue reunida por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que en 2020 publicó denuncias vinculadas a la causa que estalló en 2015 y desnudó los oscuros manejos que existían dentro de la Casa Madre del fútbol mundial.
En esa ocasión, por primera vez se apuntó formalmente al pago de sobornos por parte de dos países: Rusia y Qatar. Según reveló el periodista especializado Ken Bensinger, fueron dirigentes latinoamericanos los que recibieron millones de dólares para votar a estas dos naciones como sedes de los Mundiales de 2018 y 2022.
“Varios miembros del comité ejecutivo fueron ofrecidos y recibieron sobornos vinculados a sus votos. Por ejemplo, Ricardo Teixeira, Nicolás Leoz y el Co-Conspirador 1 fueron ofrecidos y recibieron pagos a cambio de sus votos a favor de Qatar, para que albergue la Copa del Mundo 2022″, señala el documento de la fiscalía. Vale recordar, que la identidad del “co-conspirador 1” nunca fue revelada, aunque debido a la información que está en el expediente se deduce que se trata de Julio Humberto Grondona, presidente difunto de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y ex vicepresidente de la FIFA.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, junto a Vladimir Putin, presidente de Rusia (Reuters)
Teixeira fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entre 1989 y 2012 y su nombre no es nuevo en la causa. En 2017, fue inhabilitado de por vida por la FIFA tras haber sido declarado culpable de aceptar pagos indebidos de empresas de televisación que buscaban quedarse con los derechos de certámenes de la Conmebol. Permanece en Brasil, que no tiene tratado de extradición con Estados Unidos.
Por su parte, el paraguayo Nicolás Leoz fue el mandamás de la Conmebol entre 1986 y 2013 y murió en agosto de 2019. Su salida del ente sudamericano se dio luego de haber sido declarado culpable por haber aceptado sobornos a principios de la década del 2000 por parte de compañías que buscaban televisar torneos que pertenecían a la Confederación que presidía. Murió en Paraguay el año pasado mientras estaba bajo arresto domiciliario y luchaba contra la extradición a Estados Unidos.
“Además, al acusado Jack Warner se le prometieron y recibió sobornos por el total de USD 5 millones y a Rafael Salguero se le prometió USD 1 millón a cambio de sus votos en favor de Rusia, para que sea anfitrión de la Copa del Mundo 2018”, asegura el escrito.
Warner, de Trinidad y Tobago, fue vicepresidente y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, presidente de la CONCACAF y presidente de la Unión del Fútbol Caribeño. Podría ser extraditado a EEUU. Mientras que Salguero, ex presidente del fútbol de Guatemala y ex miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, se declaró culpable de aceptar sobornos en diciembre 2018 ante los tribunales norteamericanos que llevan adelante el juicio.
Vale recordar que las elecciones de Rusia y de Qatar se realizaron en diciembre de 2010 y fueron histórica porque por nunca antes se habían elegido dos sedes al mismo tiempo. Además, desde aquella reunión de Comité Ejecutivo que varias federaciones europeas, como la inglesa, señalaban que había habido dinero negro en los votos.
Esta es la primera vez que la causa del FIFA Gate apunta a este tipo de sobornos, ya que siempre las señaladas habían sido las compañías de televisión como Full Play y Torneos, entre otras. Pero aquí también hay un nuevo episodio.
Según The New York Times, las acusaciones contra los sudamericanos son similares a las hechas por Alejandro Burzaco, un ex ejecutivo de la televisión argentina que se convirtió en testigo de cargo luego de ser nombrado como una figura central en el caso de corrupción en el fútbol. Dijo en el juicio de otros tres funcionarios en Nueva York en 2017 que a Leoz, Grondona y Teixeira se les había pagado para votar por Qatar.
Julio Humberto Grondona murió meses antes de que se destape el FIFA Gate (NA)
La fiscalía ha acusado formalmente también a dos ex ejecutivos de Century Fox, una de las compañías mediáticas más importantes del mundo, que actualmente forma parte del conglomerado de Disney. Hernán López y Carlos Martínez estaban a cargo de los negocios de la compañía en América Latina y en 2017 habían estado implicados en el juicio y deberán comparecer este jueves ante la jueza federal de Brooklyn Pamela Chen.
La FIFA otorgó a Fox los derechos para transmitir la Copa del Mundo de 2026 sin realizar un proceso de licitación abierta.
En ese bloque de denuncias también se incluye al ex CEO de la empresa española Imagina y a la compañía argentina Full Play, también acusados de conspiración para delinquir.
“Las inculpaciones difundidas hoy reflejan el compromiso continuo de la fiscalía de arrancar de cuajo la corrupción en las más altas esferas del fútbol internacional y en las empresas comprometidas con la promoción y la transmisión del deporte”, dijo el fiscal de Nueva York Richard Donoghue en un comunicado. Los ejecutivos deportivos “deben entender que serán llevados ante la Justicia si usan el sistema financiero estadounidense con fines corruptos”, añadió.
En el marco del escándalo FIFA, que estalló en 2015, el gobierno estadounidense ha acusado a un total de 45 personas y a varias empresas deportivas de más de 90 delitos y de pagar o aceptar más de 200 millones de dólares en sobornos.
De los 45 acusados, cinco han fallecido. Un total de 22 se declararon culpables, y de ellos solo seis han sido sentenciados. Una docena aún están en sus países, donde fueron procesados por la justicia local o están en libertad mientras combaten la extradición. Solo fueron a juicio tres jerarcas que se declararon inocentes. El ex jefe del fútbol brasileño José María Marín y el ex jefe de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, fueron hallados culpables y condenados a penas de cárcel. El ex jefe del fútbol peruano Manuel Burga fue absuelto.
Rusia también ha enfrentado acusaciones de comportamiento de licitación inadecuado. Funcionarios rusos dijeron a un panel de la FIFA que investigó su oferta que no podían entregar las computadoras utilizadas durante el proceso a un investigador de la FIFA porque todas habían sido destruidas.