RICKY NOBOA
La conciencia nos da la percepción de los buenos y malos propósitos que nos rodean, y con ello, saber diferenciar quién o quiénes deben tomar participación en nuestro espacio de vida. Es necesario separar de nuestro espectro afectivo aquel que no sienta hacer el bien común, sea familia o allegado.
Lograr identificar a los farsantes nos acerca a la conquista de nuestras metas y sobre todo, a la salud del espíritu. Vivimos con más autenticidad en base a la franqueza y la sinceridad generadora de buena fe
Así pues, como diría Deppak Chopra: “La experiencia sensorial de todos los seres vivos es una construcción perceptiva artificial, creada en la imaginación”. La experiencia de dos monjes que observaban una bandera ondear en el viento, para uno “la bandera está ondeando”; y el otro afirma: “no, el viento se está moviendo”.
Al Maestro preguntaron: “?quién tiene razón?” y la respuesta fue: “ambos están equivocados, solo la conciencia se está moviendo para crear el mundo con su imaginación”, refiriendo que la mente es un campo de energía e información.
Ordenando pues esa energía, esa información en tus ideas te hace crear conciencia de tu proceder, y con él, alejar las malas vibras. Al lograrlo estarás viviendo una mejor vida, con mejor calidad espiritual, dejando de lado la falsía. En definitiva, solo en la conciencia nuestros limitados sentidos crean un mundo solido a partir de la energía y la información, y con esa solidez transparentamos una mejor razón de vivir.