La UE pide clarificaciones a Londres mientras se prepara para lo peor
Es una situación de emergencia que no ha pillado por sorpresa a nadie. El no al acuerdo de retirada estaba cantado, lo que no estaba previsto en absoluto es la magnitud de la derrota de May. Pero, ya durante la jornada de ayer, viendo como estaban las cosas, los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión regresaron de urgencia a Bruselas. Donald Tusk, desde Gdansk, su ciudad natal, donde asistió a los actos de homenaje al alcalde asesinado, Pawel Adamowicz y Jean-Claude Juncker desde Estrasburgo, aunque ello supusiera dejar plantado al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que hoy interviene en el pleno del Parlamento Europeo.
“Efectivamente, Juncker volvió esta tarde a Bruselas para gestionar la situación después del voto en la Cámara de los Comunes. Importante que esté disponible y trabajando en Bruselas en las próximas horas”, escribió en Twitter su portavoz, Margaritis Schinas. Será pues el vicepresidente de la CE, Franz Timmermans, quién participará en el debate con Sánchez en nombre del Ejecutivo comunitario.
Desde sus despachos en Bruselas, Juncker y Tusk afrontaron el primer embate de este recrudecimiento de una de las peores crisis que podían imaginar, el riesgo cada día más evidente de un Brexit duro, sin transición ni medidas que suavicen el trauma. Allí presenciaron la estrepitosa derrota de Theresa May a manos de su Parlamento, y desde allí, doloridos y lamentando el resultado, mandaron su primera reacción, exigir al Gobierno británico que clarifique lo antes posible cuáles son sus intenciones, los próximos pasos que quiere dar.
Lo dijo el portavoz de Donald Tusk, Preben Aamann, “urgimos al Gobierno del Reino Unido a clarificar sus intenciones respecto a sus próximos pasos tan pronto como sea posible”. También Jean-Claude Juncker insistió en un comunicado añadiendo que “el tiempo casi se acaba”. Los dos reconocieron que con este voto se ha incrementado el riesgo del Brexit duro, sin acuerdo, sin transición y con consecuencias graves para las dos partes. En definitiva, que el escenario que nadie quería hoy está más cerca. Es por ello que la UE seguirá preparándose para la posibilidad de la salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europea.
Era lo previsible. Sorprendió más el tuit de Donald Tusk en que insinuó que, tal como están las cosas, la mejor opción es interrumpir el proceso de salida y que el Reino Unido se quede en la UE. “Si un acuerdo es imposible, y nadie no quiere un no-acuerdo, entonces ¿quién tendrá la valentía de decir cuál es la única solución posible?” escribió el presidente del Consejo Europeo. Recordemos que el Gobierno británico tiene la opción de retirar su petición de salida, gracias a la sentencia que el Tribunal de Justicia de la UE dictó el 10 de diciembre, aunque es cierto que Theresa May siempre se ha negado a contemplar esta opción.
Más claro fue el eurodiputado Guy Verhofstad, que acusó a sus colegas británicos de no saber lo que quieren: “El Parlamento británico ha dicho lo que no quiere. Ahora es hora de descubrir lo que los diputados británicos quieren”.
Esta es una de las críticas que desde Bruselas han lanzado repetidamente a Theresa May, la de no plantear con claridad qué es lo que necesita. La primera ministra se plegó a las condiciones de Bruselas, aceptó las líneas rojas que les marcó el negociador Michel Barnier respaldado unánimemente por los 27, pero ha sido incapaz de convencer a los suyos. Su derrota estrepitosa deja el Brexit camino de convertirse en una crisis de grandes proporciones.