Las dudas sobre el futuro del soldado de estadounidense que cruzó a Corea del Norte
¿Qué hará Corea del Norte con el primer soldado estadounidense que cruzó hacia su territorio en décadas? Los medios oficiales aún no han mencionado al soldado Travis King; hay pocos precedentes de esta situación las conjeturas sobre los próximos pasos del país varían ampliamente, mientras crecen las dudas.
Los cruces no autorizados a través de la frontera fuertemente fortificada de Corea son extremadamente raros. La lista de los pocos estadounidenses que cruzaron a Corea del Norte incluye a soldados, misioneros, defensores de los derechos humanos o simplemente personas curiosas por una de las sociedades más enclaustradas del mundo. Y Pyongyang ha utilizado un variado conjunto de tácticas para manejar estos casos.
Soldados desertores, como Charles Jenkins o James Dresnok en la década de 1960, fueron tratados como material de propaganda, exhibidos en folletos y películas que proyectaban el sentimiento antiestadounidense y llenaban de elogios al régimen del Norte.
Otros estadounidenses fueron detenidos, criticados y condenados a duras penas basadas en confesiones de actividades antiestatales que luego aseguraron haber sido forzadas. Detrás de escena, hubo súplicas y largas negociaciones secretas donde el detenido fue liberado, a menudo volviendo a casa con un funcionario estadounidense de alto perfil que viajaba a Pyongyang para asegurar la liberación.
Ninguno de los casos anteriores, sin embargo, parece relevante como pronóstico de lo que le espera a King.
Probablemente, la duración de su estadía en el país asiático dependerá de si los norcoreanos encuentran una manera de darle un giro a su historia para su propia propaganda, afirmó Jenny Town, investigadora principal del Centro Stimson en Washington y directora del sitio web 38 North, centrado en Corea del Norte.
No está claro si la Corea del Norte de hoy trataría a King de manera similar a como lo hizo con Jenkins y Dresnok, cuyos casos fueron hace seis décadas. King, además podría servir menos como material de propaganda. Jenkins cruzó a Corea del Norte en 1965 para evitar el servicio de combate en Vietnam, lo que facilitó que Pyongyang lo presentara como un soldado estadounidense desilusionado que escapó de los malvados imperialistas y eligió vivir en el «paraíso socialista» norcoreano. Hay una gran diferencia con King, quien estaba luchando con problemas legales y enfrentaba medidas disciplinarias y un posible despido del Ejército antes de huir al Norte.
«Si (los norcoreanos) deciden que no es una buena historia, es posible que lo devuelvan para que esto no empeore las ya frágiles relaciones (con Estados Unidos)», dijo Town. «Esto es en gran medida esperar y ver, ya que hay muy pocos precedentes», agregó.
Pero Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos en Corea del Sur, dice que es muy poco probable que Pyongyang deje pasar el valor propagandístico de un soldado estadounidense que ingresó voluntariamente al país.
Otras alternativas
Y si bien el valor inmediato de King sería la propaganda, el régimen de Kim Jong-un podría buscar oportunidades para usarlo como moneda de cambio para obtener concesiones de Washington, afirmó Yang.
De esta forma, es posible que Corea del Norte condicione la liberación de King con la reducción de las actividades militares de Estados Unidos con Corea del Sur. Washington ha aumentado su despliegue de activos estratégicos como bombarderos y submarinos con capacidad nuclear desde 2022, en una demostración de fuerza contra la amenaza nuclear de Pyongyang.
El objetivo de Corea del Norte, entonces, sería crear un dilema para Washington al «elegir entre (fortalecer) las estrategias de disuasión nuclear de Estados Unidos y Corea del Sur y proteger a su propio ciudadano», afirmó Yang. «Eso plantearía desafíos para Seúl, que se ha centrado en fortalecer las estrategias de disuasión nuclear con Estados Unidos», añadió.
Thae Yong Ho, ex diplomático de la Embajada de Corea del Norte en Londres que desertó a Corea del Sur en 2016 y ahora es legislador, aclaró que Pyongyang nunca ha liberado a ningún soldado estadounidense que haya ingresado al país voluntariamente.
«Se debe organizar un equipo especializado de seguridad y vigilancia (para King), se debe arreglar un intérprete, proporcionar un vehículo y un conductor designados, y organizar el alojamiento… También es necesario adoctrinarlo en el sistema de Corea del Norte, por lo que necesitarán un equipo de maestros especializados y un plan de estudios. El matrimonio es otro problema ya que Corea del Norte valora las líneas de sangre puras y sería muy difícil secuestrar a extranjeros desde afuera, como lo hicieron en el pasado», escribió Thae en Facebook, recordando al caso de Jenkins, quien se casó con una estudiante japonesa secuestrada por agentes norcoreanos en 1978.
Una negociación complicada por las tensiones
Park Won-gon, profesor de la Universidad Ewha en Seúl, remarcó que las altas tensiones actuales entre Washington y Pyongyang complicarían los esfuerzos diplomáticos para llevar a King de regreso a casa, a diferencia de algunos casos en el pasado, en que Corea del Norte liberó a presos estadounidenses con bastante rapidez y facilidad.
En 2018, Corea del Norte liberó a Bruce Byron Lowrance un mes después de que ingresara ilegalmente al país a través de China. Su deportación relativamente rápida se produjo después de la cumbre altamente orquestada entre el entonces presidente Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un en junio de ese año, donde plantearon vagos objetivos para lograr una península coreana libre de armas nucleares y se comprometieron mejorar las relaciones. Semanas antes de esa cumbre, Pyongyang liberó a tres detenidos estadounidenses que volvieron a casa en un avión con el entonces secretario de Estado, Mike Pompeo.
Ese nivel de diplomacia, no obstante, colapsó en 2019 y la situación actual parece desfavorable para la liberación anticipada de King. A partir de 2022, Kim intensificó las actividades armamentísticas, lo que llevó a Estados Unidos a expandir sus ejercicios militares y estrategias de contingencia nuclear con Corea del Sur.
Es probable que la Casa Blanca intente comunicarse con el Norte a través del Comando de las Naciones Unidas liderado por Estados Unidos, que administra el lado sur de la aldea fronteriza intercoreana, y a través del llamado «canal de Nueva York», utilizando la misión diplomática de Corea del Norte ante las Naciones Unidas.
Pero, considerando el prolongado congelamiento diplomático, podría pasar bastante tiempo antes de que Estados Unidos pueda enviar a un funcionario de alto perfil a Pyongyang para asegurar la liberación de King, si es que eso sucede.
«Lo único que es seguro por ahora es que Corea del Norte manejará a King de la manera que quiera, al 100%«, remarcó Park. «Cuando un estadounidense ingresa a Corea del Norte, generalmente es utilizado con fines políticos, independientemente de si lo quiere o no», dijo.