Linfoma del sistema nervioso central: ¿qué debes saber?
El linfoma del sistema nervioso central es un tipo de cáncer que puede presentarse con uno o varios tumores cerebrales. El diagnóstico suele requerir técnicas de imagen y estudios de laboratorio.
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El linfoma del sistema nervioso central es una enfermedad rara, poco conocida, cuya causa exacta no se establece siempre. A menudo, se vincula a los pacientes con inmunosupresión e infecciones virales, pero también hay otros factores relacionados. ¿Por qué se produce? ¿Cómo se trata?
Existen muchas opciones terapéuticas que permiten reducir el tamaño del tumor y favorecer la curación, a pesar de que en muchas ocasiones tiende a recidivar luego de cierto tiempo. Si te interesa saber un poco más sobre esta enfermedad, te invitamos a leer el siguiente artículo.
Causas del linfoma del sistema nervioso central
El linfoma del sistema nervioso central es un tumor maligno originado a partir de unas células del sistema inmunitario conocidas como «linfocitos». Estas se aglomeran en una o múltiples partes del cerebro, lo que origina masas sólidas que forman los tumores.
Como es un tipo de cáncer «primario», el tumor se da en el cerebro. Por tanto, a menos que el tumor se extienda a otros órganos (un fenómeno conocido como metástasis), no deberían encontrarse células cancerígenas en el resto del cuerpo, como sucede en otros tipos de linfomas.
En la mayoría de los casos, el origen de la enfermedad permanece incierto. Sin embargo, según este trabajo de investigación (2011), está muy ligada a pacientes con inmunosupresión. La infección por VIH y el SIDA son factores de riesgo relacionados.
Síntomas del linfoma del sistema nervioso central
Como ocurre con muchas lesiones ocupantes de espacio dentro del cerebro, los síntomas dependen por completo de la ubicación y el tamaño del tumor. No es lo mismo que aparezca en el lóbulo parietal que en el frontal, por ejemplo.
Según un estudio publicado en la revista Neurología (2013), los síntomas más frecuentes en los pacientes evaluados fueron los problemas cognitivos y el dolor de cabeza (cefalea). En general, algo característico de los tumores cerebrales es que este último síntoma suele empeorar con los movimientos de la cabeza.
La pérdida de fuerza en una de las mitades del cuerpo que aparece de forma progresiva también puede ser uno de los primeros síntomas. En pocas ocasiones, pueden presentarse convulsiones o cualquier otro movimiento anormal.
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¿Cómo se puede diagnosticar?
Una vez que el médico ha establecido una sospecha de la enfermedad, requerirá estudios de imagen para apoyar sus hipótesis. Los más utilizados son la tomografía computarizada y la resonancia magnética nuclear (RMN), en especial este último.
Ambos métodos tienen sus propias ventajas y desventajas. Por ejemplo, la RMN no emite radiación y permite obtener imágenes más nítidas de estas lesiones cerebrales, a pesar de que su costo suele ser más elevado.
El diagnóstico definitivo se realiza con un estudio histológico de una muestra del tumor. Es decir, un médico patólogo debe examinar la muestra bajo el microscopio para evaluar las características de las células y determinar el tipo de tumor. Para obtener dicha muestra es necesaria una intervención quirúrgica.
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Tratamiento para el linfoma del sistema nervioso central
Por las características particulares del tumor, la cirugía no suele ser la primera opción, a menos que se requiera disminuir su tamaño por la gravedad de los síntomas. A continuación, detallamos los tratamientos médicos disponibles según una publicación del Instituto Nacional del Cáncer de los EE.UU.
Quimioterapia
Algo muy particular del linfoma del sistema nervioso central es que la quimioterapia puede ser administrada por distintas vías, como las siguientes:
- Sistémica: cuando se utiliza una vía endovenosa. Suele utilizarse tanto en este caso como en otros tipos de tumores.
- Intraventricular: existen varios espacios anatómicos con abundante líquido cefalorraquídeo, a través de los cuales pueden inyectarse los medicamentos. Esto permite que los fármacos lleguen de forma más directa al tumor.
Radioterapia
Este método utiliza radiación aplicada de forma directa sobre el tumor con el objetivo de eliminar células cancerígenas. El principal problema es que pueden generarse efectos adversos derivados del daño en el tejido sano, lo que puede provocar alteraciones cognitivas importantes.
Por lo tanto, suele combinarse con la quimioterapia para obtener mejores resultados terapéuticos. En la mayoría de los casos, se administra antes de la emisión de radiación.
Otras
De forma constante se realizan ensayos clínicos para evaluar la eficacia de otros tratamientos en este tipo de tumor. Algunos arrojan resultados prometedores para cierto grupo de pacientes, pero en muchas ocasiones pueden tardar años hasta que las terapias se generalicen en todo el mundo.
Algunas alternativas y complementos a los tratamientos antes mencionados incluyen el uso de corticoesteroides, el trasplante de células madre y el uso de anticuerpos monoclonales. Estos últimos son proteínas que interactúan con algunas partes del tumor y estimulan al sistema inmunitario para su destrucción.
Una patología compleja que requiere diagnóstico oportuno
A pesar de que el linfoma del sistema nervioso central tiende a recidivar, es decir, aparecer de nuevo luego de haberse tratado, el pronóstico mejora mucho mientras sea diagnosticado a tiempo.
Muchos pacientes no presentan síntomas hasta que el tamaño del tumor es muy grande, pero otros manifiestan señales tempranas. Por tal motivo es recomendable acudir al médico ante cualquier sospecha.