Cuando terminó la campaña 2018 los Mets se encaminaban a una reconstrucción a mediano plazo tras llegar cuarto en el Este (77-85), perder a Yoenis Céspedes para 2019 y su gerente Sandy Alderson dejando el juego por un cáncer en una división con Bravos, Nacionales y Filis con colmillos más afilados.
Pero la novena de Queens, con el ganador del Cy Young Jacob deGrom y Nolan Syndergard bajo control, en lugar de vender apeló a echar la batalla. Adquirió en cambio a Robinson Canó y Edwin Díaz desde Seattle y en la agencia libre al receptor Wilson Ramos y recuperaron al relevista Jeurys Familia para sumarlo a un núcleo que incluye a Amed Rosario y Todd Frazier.
El dueño del equipo, Fred Wilpon, encabezó el martes una comitiva de alto nivel del club que visitó las modernas instalaciones aquí, un laboratorio llamado a jugar un papel clave en su vuelta agresiva internacional, para la que le tienen encomendada al dominicano Omar Minaya una tarea especial en el área de desarrollo.
Estuvieron presentes también Jeff Wilpon, presidente del club, el dirigente Mickey Callaway, los vicepresidentes Allard Baird y John Ricco y el coach Luis Rojas.
Brodie Van Wagenen es el nuevo gerente, el mismo que fuera agente de Robinson Canó cuando logró el pacto de US$240 millones con los Marineros en 2013, dejó en el aire la posibilidad de dar el permiso al intermedista para que juegue con las Estrellas.
“Él entiende la importancia que tiene para nuestra organización, tiene una gran pasión para que ganemos un campeonato, tiene gran pasión por su país y quiere apoyar su equipo a ganar un campeonato. Nos ha expresado su sincero deseo a jugar y hay un número de factores que como organización tenemos que considerar”, afirmó Van Wagenen.
La base y el equipo
En la gestión de Minaya como gerente (2004-2010) se construyó el complejo de aquí y ahora en su tercera etapa como empleado del equipo el nativo de Mao tiene funciones relacionadas con la identificación y desarrollo de talentos.
“Es una prioridad para la organización, Omar tiene más experiencia que cualquiera que yo conozca y en el aspecto internacional es un tremendo evaluador. Estamos haciendo nuevos nombramientos, estamos ampliando nuestro equipo internacional”, dijo Van Wagenen.
“Si trato bien a los jugadores, si les doy las herramientas que necesitan para triunfar entonces seremos parte de la misma familia”, explicó el ejecutivo, que en la tarde asistió a un orfanato en La Romana junto a la comitiva.
¿Dónde jugará Canó?
“Hemos trabajado en crear más versatilidad, más balance en la alineación, más equilibrio en el orden de bateo. Sabemos que Canó cree que tiene 25 años pero sabemos que tiene 36. Queremos darle el día libre a Tod Frazier, Juan Lagares, a otros veteranos. Parte de lo que hemos hecho es adquirir jugadores que puedan jugar múltiples posiciones, si todo el mundo está sano podemos esperar que Canó juegue segunda base como su posición principal, pero las necesidades del equipo va a determinar cómo se va a hacer esa alineación diaria”, dijo Van Wagenen.
Es la base que el petromacorisano insiste en jugar, como lo dejó bien claro al hablar con los medios.
“Yo me fajo y me preparo. Mucha gente dice que tengo 36 años y estoy viejo, pero qué diferencia hay entre 34 y 36 si tú trabajas y te preparas. ¿Cuántos palos no dio David Ortiz y tenía 40 años? Entiendo que el cuerpo ya no va a reaccionar igual, pero tampoco no es como las personas dicen, ya en este juego tú tiras 35 años y ya lo que están pensando es en sacarte del juego. Creo que hay muchos jugadores que todavía le queda, no reciben el chance por lo mismo”, dijo Canó.
¿Te sentiste incómodo en primera en Seattle?
“Claro que sí, es una base que no estás acostumbrado a jugar y la gente cree que jugar primera base es fácil, oye, tenía todos los días con un dolor en la espalda baja y los hamstring (corva) porque tienes que hacer un… tú estás agachado el juego entero, cuando estás cubriendo en primera tienes que salir en forma de trotaje, o sea moverte rápido para la derecha, para postearte para poder cubrir y no es fácil, me entiendes. Hablo con compañeros que jugaban primera y me dicen que no es fácil”, insistió Canó.