Los traidores de la patria y la amenaza de la inmigración ilegal
Ariel Lara
La República Dominicana enfrenta una de las amenazas más graves a su soberanía: la inmigración ilegal descontrolada y el respaldo cómplice de ciertos sectores que, en lugar de defender los intereses nacionales, promueven la descomposición de nuestra identidad y seguridad.
Aceptar la llegada masiva de ilegales no es un acto de humanidad, sino de traición. No se trata de xenofobia, sino de supervivencia nacional. Mientras otros países refuerzan sus fronteras y protegen a sus ciudadanos, en nuestro suelo hay quienes, por intereses económicos o ideológicos, abren las puertas al caos.
La historia nos ha enseñado que las naciones que no protegen su soberanía están condenadas a desaparecer. Cada dominicano que ama su patria debe preguntarse: ¿A quién sirven estos traidores que facilitan la permanencia ilegal de extranjeros en nuestra tierra? No es casualidad que los mismos grupos que defienden esta invasión sean financiados por intereses externos que buscan debilitar nuestra autodeterminación.
El gobierno debe actuar con firmeza y sin titubeos. Las leyes migratorias existen para ser cumplidas, no para ser burladas. Quien promueve la inmigración ilegal es cómplice del deterioro social, económico y cultural que esto genera. No podemos permitir que el chantaje internacional ni las presiones de organismos extranjeros nos dicten cómo manejar nuestra casa.
La República Dominicana es de los dominicanos. Y es nuestro deber defenderla. La historia juzgará a quienes traicionaron la patria. Pero más aún, la historia recordará a quienes la defendieron con honor y valentía.