OJO: Diagnóstico y tratamiento de la diabetes insípida
Los principales síntomas de la diabetes insípida es la poliuria u orina frecuente y una sed constante. Los afectados por esta enfermedad expulsan entre 3 y 30 litros de agua diariamente a través de la orina.

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La diabetes insípida es un trastorno que se produce por el déficit, parcial o total, de una sustancia llamada vasopresina. También tiene lugar cuando el organismo presenta una resistencia a la absorción de tal componente. Su principal característica es que genera poliuria, es decir, más orina de lo normal.
Hay dos clases de diabetes insípida: central y nefrogénica. En ambos casos puede ser primaria o secundaria. La primaria es genética y la secundaria es adquirida. La central se origina en el hipotálamo y es la forma más común de este trastorno. La diabetes insípida nefrogénica, por su parte, es de origen renal.
Los principales síntomas en todas las formas de diabetes insípida son la poliuria, como ya se había anotado, y la polidipsia, o sed excesiva. El paciente afectado por este trastorno puede tener unos niveles de orina que van desde los tres, hasta los 30 litros por día. Si no se reponen los líquidos, puede causar deshidratación y/o hipovolemia.
Causas de la diabetes insípida
La diabetes insípida tiene lugar cuando el organismo es incapaz de regular los líquidos corporales. En una situación normal, hay un equilibrio entre la cantidad de líquidos que se consumen y la excreción de los riñones. En este tipo de diabetes no se logra tal equilibrio.
La excreción de los riñones está determinada en gran medida por la producción de una hormona antidiurética, que se llama vasopresina (ADH). Esta se produce en el hipotálamo. La hormona, a su vez, se almacena en la hipófisis. Si el cuerpo comienza a deshidratarse, el organismo libera esta hormona al torrente sanguíneo.
Lo que sucede enseguida es que la vasopresina activa los túbulos renales. Esto hace que se concentre la orina y que tales túbulos liberen algo de agua en el torrente sanguíneo, evitando que esta se pierda al orinar.
En la diabetes insípida central hay un daño en el hipotálamo o en la hipófisis, que limita la producción, almacenamiento o liberación de vasopresina. En la diabetes insípida nefrogénica lo que funciona mal son los túbulos renales. Estos no reaccionan a la vasopresina, como corresponde.
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Diagnóstico
Generalmente es necesario hacer varias pruebas para diagnosticar la diabetes insípida. Esto se debe a que sus síntomas son similares a los de muchas otras enfermedades. El diagnóstico debe precisar también qué tipo de diabetes insípida afecta al paciente, lo cual incrementa la complejidad del diagnóstico.
Habitualmente se realizan estas pruebas de base:
- Prueba de privación de agua. Es la prueba más habitual. Se le pide al paciente que deje de beber líquidos por un tiempo, bajo supervisión médica. Luego se monitorea el efecto que esto produce en la sangre, el peso corporal, la producción de orina y la concentración de la misma.
- Examen de orina. Este análisis permite determinar el nivel de concentración de la orina. Establece qué tanta agua hay en ella, en relación con las demás sustancias excretadas.
- Resonancia magnética. Este tipo de estudio permite formar imágenes detalladas de los tejidos del cerebro, para determinar si hay alguna anomalía en la hipófisis y sus zonas aledañas.
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Tratamiento de los dos tipos de diabetes insípida
El tratamiento de la diabetes insípida depende del tipo de la misma. En general, la diabetes insípida central se trata a través de la reposición hormonal y del manejo adecuado de las causas corregibles. Si no se aborda adecuadamente, podría causar daño renal permanente.
Normalmente se indica el uso de desmopresina, que es un análogo sintético de la hormona vasopresina. Este tiene propiedades vasoconstrictoras y antidiuréticas, de efecto prolongado. Su presentación es de solución intranasal. También puede administrarse por vía subcutánea. La vía intravenosa solamente se emplea en situaciones de emergencia.
En algunas ocasiones el tratamiento se lleva a cabo con fármacos no hormonales. En este caso se emplean tres grupos de medicamentos: inhibidores de la prostaglandina, diuréticos (del grupo de las tiazidas) y fármacos liberadores de vasopresina. Su combinación suele producir los resultados esperados.
Por su parte, la diabetes insípida nefrogénica, generalmente se trata con dieta y fármacos que reducen el volumen de la orina. Usualmente, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y diuréticos tiacídicos. Habitualmente se recomienda una alimentación baja en sal y en proteínas. En ambos tipos es importante evitar la deshidratación.