El Espíritu del Señor está sobre mí; él me ha enviado a anunciar la Buena Nueva a los pobres, dice el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, cuyo Espíritu nos guía y cuya providencia nos protege, derrama sobre nosotros tu misericordia y muéstrate propicio a nuestras súplicas, para que la fe de los que creemos en ti halle siempre ayuda en tus beneficios. Por nuestro Señor Jesucristo …
LITURGIA DE LA PALABRA
Dios nos ha concedido los maravillosos bienes prometidos, que nos hacen partícipes de la naturaleza divina.
De la segunda carta del apóstol san Pedro: 1, 1-7
Yo, Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, les escribo a ustedes, los que han obtenido una fe tan preciosa como la nuestra, gracias a la justicia de Jesucristo, nuestro Dios y Salvador. Que abunden entre ustedes la gracia y la paz, por el conocimiento de Jesucristo, nuestro Señor.
Su acción divina nos ha otorgado todo lo necesario para llevar una vida de santidad, mediante el conocimiento profundo del que nos ha llamado con su propia gloria y poder. Por medio de las cuales nos han sido otorgados también los grandes y maravillosos bienes prometidos, para que por ellos puedan ustedes escapar de la corrupción que las pasiones desordenadas provocan en el mundo, y lleguen a participar de la naturaleza divina. Por eso, esfuércense en añadir a su buena fe, conducta; a la buena conducta, la inteligencia; a la inteligencia, el dominio propio; al dominio propio, la perseverancia; a la perseverancia, la piedad; a la piedad, el amor fraterno, y al amor fraterno, la caridad.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 90
R/. Tú eres mi Dios y en ti confío.
Tú, que vives al amparo del Altísimo y descansas a la sombra del Todopoderoso, dile al Señor: «Tú eres mi refugio y fortaleza; tú eres mi Dios y en ti confío». R/.
«Puesto que tú me conoces y me amas, dice el Señor, yo te libraré y te pondré a salvo. Cuando tú me invoques, yo te escucharé yen tus angustias estaré contigo». R/.
«A quien se acoge a mí, dice el Señor, yo lo defenderé y colmaré de honores; lo haré disfrutar de larga vida y haré que pueda ver mi salvación». R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Ap 1, 5
R/. Aleluya, aleluya.
Señor Jesús, testigo fiel, primogénito de entre los muertos, tu amor por nosotros es tan grande, que has lavado nuestras culpas con tu sangre. R/.
Se apoderaron del hijo, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña.
Del santo Evangelio según san Marcos: 12, 1-12
En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablar en parábolas a los sumos sacerdotes, a los escribas y a los ancianos y les dijo: «Un hombre plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó un lagar, construyó una torre para el vigilante, se la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje al extranjero.
A su tiempo, les envió a los viñadores un criado para recoger su parte del fruto de la viña. Ellos se apoderaron de él, lo golpearon y lo devolvieron sin nada. Les envió otro criado, pero ellos lo descalabraron y lo insultaron. Volvió a enviarles otro y lo mataron. Les envió otros muchos y los golpearon o los mataron.
Ya sólo le quedaba por enviar a uno, su hijo querido, y finalmente también se lo envió, pensando: ‘A mi hijo sí lo respetarán’. Pero al verlo llegar, aquellos viñadores se dijeron: ‘Éste es el heredero; vamos a matarlo y la herencia será nuestra’. Se apoderaron de él, lo mataron y arrojaron su cuerpo fuera de la viña. ¿Qué hará entonces el dueño de la viña? Vendrá y acabará con esos viñadores y dará la viña a otros. ¿Acaso no han leído en las Escrituras: La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente?»
Entonces los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, quisieron apoderarse de Jesús, porque se dieron cuenta de que por ellos había dicho aquella parábola, pero le tuvieron miedo a la multitud, dejaron a Jesús y se fueron de ahí.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el mismo fuego del Espíritu Santo que encendió los corazones de los discípulos de tu Hijo, santifique, Señor, este sacrificio que vamos a ofrecerte. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO II DEL ESPÍRITU SANTO
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque de tal manera gobiernas a tu Iglesia, que en todo lugar y en cada momento, le proporcionas lo que más conviene.
No cesas, en efecto, de asistirla con la fuerza del Espíritu Santo, para que confiada siempre a ti en el amor, ni abandone la plegaria en la tribulación, ni deje de darte gracias en el gozo, por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, unidos a los coros angélicos, te aclamamos, llenos de alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo …
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN. Cfr Sal 103, 30
Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado y se renovará la faz de la tierra.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que nos aprovechen, Señor, los dones que hemos recibido, para que estemos siempre llenos del fervor del Espíritu Santo que derramaste de manera tan inefable en tus Apóstoles. Por Jesucristo, nuestro Señor.