PALABRA DE DIOS MIERCOLES DE LECTURA Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará.
Feria, Misa por los laicos o Memoria de los beatos Anacleto González Flores y compañeros mártires * MR, p. 1109 (1101) / Lecc. II, p. 1019
SAN EDMUNDO REY Y MÁRTIR
ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 13, 33
El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que enviaste al mundo a manera de levadura la fuerza del Evangelio, concede a tus fieles que llamaste a vivir en el mundo en medio de las ocupaciones seculares, que, fervorosos en su espíritu cristiano, por medio de las tareas terrenales que desempeñan, colaboren sin cesar en la construcción de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
Santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 4,1-11
Yo, Juan, tuve una visión: Vi una puerta abierta en el cielo, y la voz que había oído antes, semejante al sonido de una trompeta, me habló y me dijo: «Sube hacia acá y te enseñaré lo que va a suceder después».
Entonces fui arrebatado en espíritu y vi un trono puesto en el cielo, y alguien estaba sentado en el trono. El que estaba sentado en el trono brillaba con destellos rojos, como una piedra preciosa transparente, y un resplandor como de esmeralda rodeaba el trono.
Alrededor de este trono vi otros veinticuatro tronos, y en los tronos estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos con túnicas blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas. Del trono salían relámpagos y truenos poderosos. Siete lámparas de fuego, que son los siete espíritus de Dios, ardían frente al trono, y delante de él había una especie de mar transparente, como de cristal.
En el centro, alrededor del trono, había cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente se parecía a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía cara de hombre, y el cuarto parecía un águila en vuelo. Los cuatro seres vivientes tenían seis alas cada uno y estaban llenos de ojos por dondequiera. Y no se cansaban de repetir día y noche: «Santo, santo, santo es el Señor, Dios todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir».
Y cada vez que los seres vivientes alababan, bendecían y glorificaban al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro u o ancianos se postraban delante del que está sentado en el trono, adoraban al que vive por los siglos de los siglos, y depositaban sus coronas ante el trono, diciendo: «Señor y Dios nuestro, tú mereces recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado todas las cosas: tú has querido que ellas existieran y fueron creadas».
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Del salmo 150
R/. Alabemos al Señor con alegría.
Alabemos al Señor en su templo, alabemos al Señor en su augusto firmamento. Alabémoslo por sus obras magníficas, alabémoslo por su inmensa grandeza. R/.
Alabémoslo tocando trompetas, alabémoslo con arpas y cítaras. Alabémoslo con tambores y danzas, alabémoslo con cuerdas y flautas. R/.
Alabémoslo con platillos sonoros, alabémoslo con platillos vibrantes. Que todo ser viviente alabe al Señor. R/.
ACLAMACIÓN Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y su fruto permanezca. R/.
¿Por qué no pusiste mi dinero en el banco?
Del santo Evangelio según san Lucas: 19, 11-28
En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola: «Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: ‘Inviertan este dinero mientras regreso’.
Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: ‘No queremos que éste sea nuestro rey’. Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y le dijo: `Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas’. Él le contestó: ‘Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una cosa pequeña, serás gobernador de diez ciudades’.
Se presentó el segundo y le dijo: ‘Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas’. Y el señor le respondió: ‘Tú serás gobernador de cinco ciudades’.
Se presentó el tercero y le dijo: ‘Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado’. El señor le contestó: ‘Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?’.
Después les dijo a los presentes: ‘Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez’. Le respondieron: ‘Señor, ya tiene diez monedas’. Él les dijo: ‘Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia’ «. Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que quisiste salvar a todo el mundo por el sacrificio de tu Hijo, y llamas también a los laicos al trabajo apostólico, concédeles, por la fuerza de esta ofrenda, impregnar el mundo con el espíritu cristiano y ser fermento de santificación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 99, 2
Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría; con júbilo entremos en su templo, aleluya.
O bien: Jn 15, 8
La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten, así como discípulos míos, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Habiendo participado de la abundancia de tu gracia, te rogamos, Señor, que, fortalecidos por el poder vivificante del convite eucarístico, tus fieles, que quisiste dedicados a las tareas temporales, sean valientes testigos de la verdad evangélica y en los ambientes en que trabajan hagan siempre presente y activa a tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
O bien:
*Beatos Anacleto González Flores y compañeros, mártires
(Celebración tomada de la Revista Hacia los Altares, N° 17 de la Comisión Arquidiocesana de causas de canonización. Guadalajara, Jal. 2008) Oraciones y lecturas propias.
Del Decreto de la Congregación para las Causas de los Santos acerca del martirio de Anacleto González Flores y Compañeros Mártires, se puede resumir que: ellos se cuentan entre aquellos que, a través de los siglos, brillaron por la firmeza con que profesaron su fe en medio
de las persecuciones. Vivieron con constancia sus deberes cristianos y participaron activamente en la vida de la Iglesia y de la sociedad. Defendieron con todos los medios posibles la libertad y los derechos de la Iglesia durante la cruel persecución desatada contra ella en México al inicio del siglo veinte. Con la ayuda de la gracia de Dios prefirieron morir que renegar de la unidad con Cristo y con el Romano Pontífice. Murieron en circunstancias diversas durante los años 1927-1928, pero tuvieron en común la fe, el valor, el perdón de los perseguidores y la firme voluntad de testificar el amor de Dios hasta derramar su sangre.
ANTIFONA DE ENTRADA Sal 33, 18
Cuando los justos claman al Señor, él los escucha y los libras de sus tribulaciones.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios nuestro, al celebrar hoy el glorioso martirio de los beatos Anacleto González Flores y compañeros, te pedimos nos fortalezcas, como a ellos, para luchar con valentía y entereza, por instaurar tu Reino de justicia y de paz en nuestro mundo. Por nuestro Señor Jesucristo…
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA (Lecc. III, n. 561)
Somos «los moribundos» que estamos bien vivos.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 6,4-10
Hermanos: Continuamente damos pruebas de que somos servidores de Dios con todo lo que soportamos: sufrimientos, necesidades y angustias; golpes, cárceles y motines; cansancio, noches de no dormir y días de no comer. Procedemos con pureza, sabiduría, paciencia y amabilidad; con la fuerza del Espíritu Santo y amor sincero, con palabras de verdad y con el poder de Dios.
Luchamos con las armas de la justicia, tanto para atacar como para defendernos, en medio de la honra y de la deshonra, de la buena y de la mala fama. Somos los «impostores» que dicen la verdad; los «desconocidos» de sobra conocidos; los «moribundos» que están bien vivos; los «condenados» nunca ajusticiados; los «afligidos» siempre alegres; los «pobres» que a muchos enriquecen; los «necesitados» que todo lo poseen.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33,2-3. 4a. 5a. 7-9 (Lecc. III, n. 766)
R/. El Señor me libró de todos mis temores.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder. Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto; jamás te sentirás decepcionado, porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias. R/.
Junto a aquellos que temen al Señor el ángel del Señor acampa y los protege. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 5, 10 (Lecc III, n. 947)
R/. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos, dice el Señor. R/.
EVANGELIO (Lecc III, n. 219)
No tengan miedo a los que matan el cuerpo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 10, 28-33
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: «No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman, más bien, a quien puede arrojar al lugar de castigo el alma y el cuerpo.
¿No es verdad que se venden dos pajarillos por una moneda? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae por tierra si no lo permite el Padre. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de su cabeza están contados. Por lo tanto, no tengan miedo, porque ustedes valen mucho más que todos los pájaros del mundo.
A quien me reconozca delante de los hombres, yo también lo reconoceré ante mi Padre, que está en los cielos; pero al que me niegue delante de los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre, que está en los cielos».
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que los dones que te presentamos en honor de tus mártires Anacleto González Flores y compañeros, te sean tan agradables como lo fue su martirio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 8, 35
El que perdiere su vida por mí y por el Evangelio la salvará, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Conserva en nosotros, Señor, el don que hemos recibido en la festividad de los beatos Anacleto González Flores y compañeros mártires y concédenos que sea para nosotros, fuente de salvación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.