Pedro Martínez lo vuelve a hacer: el Baskonia golpea primero en la final ACB
Pese a la gran noche de Carroll, los vitorianos sorprenden al Real Madrid con un serio partido y le arrebatan el factor cancha
En la jornada que España perdió a su Ministro de Cultura (y de Deporte también, aunque le costara pronunciarlo) y a su seleccionador de fútbol, el comienzo de la final de la Liga Endesa, un partido de baloncesto, llegaba a la noche casi como un alivio. La competición, al fin.
Los dos mejores equipos, con mucho, de la temporada en un duelo por el título cuyo único precedente (2005) deparó la más asombrosa de las remontadas jamás presenciada.
Y una emboscada para empezar, la del Baskonia en el Wizink Center para robar el factor cancha y sorprender a un Real Madrid demasiado áspero. [90-94: Narración y estadística]El planteamiento de Pedro Martínez resultó impecable. Ni un resquicio en toda la noche. Siempre un as en la manga ante las respuestas de Pablo Laso.
Primero tirando de defensa, después, con el rival desencadenado, de concentración. Siempre un recurso táctico. Esta vez no le temblaron las manos a sus chicos en los momentos de la verdad, como en algunas fases de las semifinales contra el Barça: 32 puntos en el acto definitivo.La calma no siempre es la mejor terapia.
Acostumbrados a la adrenalina competitiva, aunque el camino acabe resultando infernal, los parones resultan como una dormidina. Sobre todo a estas alturas en la que la mente del jugador ya ansía las vacaciones. Le sucedió al Madrid en semifinales, donde le costó entrar en el primer partido ante el Gran Canaria. Y también anoche, después de otro pequeño descanso de seis días. Ese iba a ser su lastre.
Aunque en realidad, no a todos les cuesta entrar en calor. Hay tipos como Jaycee Carroll de combustión instantánea.Fueron dos triples del mormón los que pudieron quebrar la excelente propuesta defensiva del Baskonia, que por momentos dejaba pétreo al Madrid, sin huecos, sin concesiones. Fue el penúltimo en la rotación de Laso, poco antes que Felipe Reyes. Pero el 11 y el 12 del grupo equilibraron la balanza, así de lujosa es la plantilla blanca.
Una preciosa penetración de Doncic, su primera canasta del choque, dejó la igualdad antes de marchar a vestuarios. El Madrid había sobrevivido (llegó a caer 24-31) al primer desafío de Pedro Martínez, bien llevado a cabo con el sostén de Poirier en la pintura y Huertas y Timma en el perímetro.Apareció ShengeliaA la vuelta se elevó exponencialmente el ritmo y la tensión. He aquí la final.
Protestas, piques, igualdad y, sobre todo, baloncesto de muchos quilates. Con Tavares, que había sido el referente al amanecer, otra vez en pista, Doncic intento echarse el partido a los hombros.
Buscaba correr el Madrid, como gran novedad, pero no cedía el Baskonia, con pocas fisuras y dos triples de Voigtmann. Después la chispa de Beaubois para herir un poco más, para desesperar a un Madrid que no encontraba efectividad en sus arreones. Y que se plantó en el último cuarto con la máxima desventaja (58-67) tras un precioso triple de Janning, también en plena erupción. Al Madrid no le quedó otra que inyectar una dosis de vértigo a la noche.
Era ya la única receta para salir del laberinto planteado por Pedro Martínez. Lo intentó primero con Carroll y Reyes, después Ayón, Rudy y Llull. Se trataba de no dar respiro, de defender al límite y volar en ataque, la apuesta por la transición. Arriesgar.
Detener así al Madrid, cuando está en modo vendaval, es realmente complicado. En el pimpampum, fue Carroll pareció el héroe. 14 puntos en el último acto, 20 en apenas 14 minutos en pista. Descomunal. Pero nadie le acompañó entonces, cuando todo parecía encarrilado tras un triple de Taylor (81-79) que consumaba la remontada.
No se desquició el Baskonia, ahora en manos de su referente. Emergió Shengelia, bien acompañado por Vildoza, en el momento oportuno. Fiero el georgiano, con mil recursos, posiblemente el mejor ala-pívot del baloncesto europeo. Resultó decisiva una jugada en la que peleó contra todos para atrapar su propio rebote ofensivo, para sacar la quinta a Rudy y prácticamente sentenciar.
Antes había errado Ayón dos tiros libres. Lo volvió a hacer Pedro Martínez, el ogro blanco, el mismo que le birló la pasada final. El que tiene contra las cuerdas al campeón de Europa, aunque esta final promete aún muchos vaivenes.