Proyectos del FEDA con el orégano y las alcaparras quedaron varados
Tres destiladoras de aceite financiadas con RD$72.4 millones tienen dificultades para arrancar
SANTO DOMINGO, RD.- En el corto que colgó la Dirección General de Comunicación (Dicom) en la web de la Presidencia de la República, el 23 de marzo de 2014, el Gobierno promete que el crédito de RD$20 millones —para instalar una destiladora de aceite de orégano, un molino y una zaranda (cedazo)— llevaría “de la olla a la gloria” a los productores de Los Memisos, en Nagua.
Pero los 56 miembros de la Cooperativa Agropecuaria de Productores de Orégano Los Memisos Unidos, con más de 6,000 tareas cultivadas, todavía esperan por la época de bonanza. Lo mismo sucede a otros 85 de Sonador, Bonao, con 2,700 tareas, y a los de Yamasá, con 2,000 tareas. Los tres proyectos impulsados hace más de tres años a través del Fondo Especializado para el Desarrollo Agropecuario (FEDA) quedaron varados en el camino de la gloria prometida.
En marzo de 2014 el Gobierno anunció un crédito de RD$20 millones que beneficiaría a unas 800 familias ligadas a la producción de orégano (Lippia graveolens) en la provincia María Trinidad Sánchez.
Los parceleros explicaban alegres a la cámaras de la Dicom que vendían el quintal del producto a RD$1,800, pero que el impulso del financiamiento estatal les permitiría, con la industrialización, obtener hasta RD$5,000 por quintal, además de destilar aceite para uso medicinal que podrían colocar en el mercado nacional o exportar a unos US$1,500 el litro.
Santo Burgos Urbino, representante de los productores de Los Memisos, explica que el financiamiento del FEDA llegó hasta los RD$22.5 millones, a un 5% de interés anual y con un año de gracia para empezar a pagar. “La planta destiladora ahora mismo no está operando porque para la parte operacional y la elaboración de los productos faltan los recursos”, lamenta.
El orégano permite dos cosechas al año y una tarea puede rendir entre 2 y 2.5 quintales en cada una. El cultivo requiere abono y productos agroquímicos para control de malezas y plagas.
“La planta se instaló en 2014, un orégano almacenado se convirtió en aceite, pero todavía no ha salido al mercado. Tenemos el aceite y estamos en negociación con una cooperativa de Santo Domingo”, dice Burgos Urbino. El Instituto de Innovación en Biotecnología e Industria (IIBI) apoyó una serie de estudios para elaborar la ficha técnica del aceite y el producto en polvo destinado al mercado local.
“Destilamos unos 400 litros de aceite —lamenta— que no se han vendido todavía. Ahora su precio ronda los 350 dólares por litro, pero no hemos tenido la oportunidad de ir directamente a los laboratorios de medicina. El FEDA no le ha prestado una gran atención en la parte de la comercialización de los productos”.
En cuanto al orégano en polvo explica que crearon una marca industrial y la llevaron al conocimiento del consumidor a través de los supermercados Jumbo y El Nacional. “Pero por la falta de recursos tuvimos que pararnos”, añade. “Tampoco estamos mandando el producto a Estados Unidos”, lamenta.
Benancio Almonte, vocero de la Cooperativa Agropecuaria y Servicios Múltiples Esplendor (Cooesplendor), de Yamasá, Monte Plata, explica que su organización integra a 324 socios, la mayoría dedicada al orégano, un cultivo con una tradición de más de medio siglo en la provincia del nordeste.
Las promesas del FEDA y de las “visitas sorpresa” del presidente Danilo Medina revivieron la esperanza de los agricultores. “Pero todavía no estamos extrayendo el aceite porque el ingeniero no ha puesto la maquinaria a funcionar. Ha tenido fallos eléctricos, por ejemplo, y cuando vienen a probarla falla la luz (la electricidad), y como es un proceso que no se puede interrumpir la luz, no se ha podido poner a funcionar”.
“El FEDA nos otorgó un financiamiento de RD$9.5 millones para infraestructura y compra de maquinarias. Luego, un adenda de RD$400,000 y tanto para una plataforma”, dice.
Almonte asegura que la maquinaria se instaló desde que se hizo la infraestructura, hace casi tres años. “No estamos elaborando aceite porque no nos han entregando la maquinaria. Además, el ingeniero que la construyó está enfermo”, dice.
El tiempo de gracia del préstamo se venció y el Gobierno tuvo que ampliar la facilidad en espera del aceite que promovió como el milagro económico para cientos de productores.
Mientras, los agricultores venden el orégano en el mercado local, incluso en cantidades considerables a empresas como Baldom. “Si nos conviene el precio, le vendemos, estamos vendiendo a los intermediarios a los RD$6,500, pero en el mercado anda entre RD$8,000 y RD$9,000”.
Bonao espera el sazón
José Ortiz, representante de los los productores de orégano y cilantro ancho (Eryngium foetidum) de Sonador, Bonao, explica que su zona también espera más apoyo del FEDA y del IIBI.
Explica que aunque la destiladora, adquirida como parte de un proyecto que envuelve un préstamo de casi RD$40 millones financiados por el FEDA, permitió destilar menos de 100 litros de aceite y venderlo, pero requieren de más apoyo estatal y de una mayor publicidad para colocarlo entre los consumidores.
Habla de dificultades para registrar el aceite. “El IIBI nos ha estado dando apoyo, pero el equipo que analiza el producto hasta con una variación eléctrica se desprograma y lamentablemente estamos esperando analítica nueva”.
“El aceite tiene un mayor uso medicinal. En el proceso se extrae un agua del vapor que arrastra el aceite y cuando el vapor se condensa el hidrolato sirve para aderezar carne, cocinar, tiene propiedades del orégano como tal. Son dos subproductos”, dice.
La iniciativa de extraer aceite de orégano estancada se suma al fracasado proyecto de destilar la citronela (Cymbobopogon nardus) en el país que promovió la mexicana María del Sagrario Levín Flores.
La citronela que se destinaría a productos farmaceúticos y cosméticos llevó a productores de Constanza y Moca, como Silenis Rodríguez Castillo, a perder millones de pesos en plantaciones que envejecieron y tuvieron que ser eliminadas.
“Aunque destilamos aceite de citronela, nunca se vendió y todavía lo tenemos. Perdimos millones de pesos”, sostiene Rodríguez Castillo, quien lamenta la falta de apoyo estatal en la búsqueda de una solución para los cultivadores de citronela.
Sin alcaparras
Según las estadísticas de la Dirección General de Aduanas (DGA), entre 2013 y abril de 2018, República Dominicana exportó US$1.5 millones en especies como tomillo, romero, perejil, orégano, jengibre, yerbabuena, laurel o cúrcuma.
En cambio importó US$6.7 millones en especies como orégano, tomillo, pimienta, romero, perejil, pimiento, malagueta, jengibre, curry, cúrcuma, comino, canela, albahaca, azafrán y alcaparras.
José Salcedo explica que 155 miembros de la Asociación de Productores de Alcaparras de la Línea Noroeste corren la misma suerte que los cultivadores de orégano. Asegura que aunque el FEDA apoyó el proyecto con un financiamiento de RD$20 millones, llevan dos años esperando poder cultivar unas 800 tareas, en espera de las plántulas que deberán ser importadas desde Argentina, a un precio de US$2.80 cada una.
“Hay un señor que sembró unas alcaparras en Isabel de Torres, aquí en Montecristi, pero nosotros tenemos dos años por sembrar y no hemos podido porque la persona encargada no ha traído las plantas”, dice.
En su “visita sorpresa” número 105, realizada a Guayubín, Montecristi, del 21 de junio de 2015, el presidente Medina prometió apoyo a productores de alcaparras. “Ese es un proyecto que parece ser que será muy rentable para ustedes”, dijo el gobernante antes de exhortar a ampliar el área de cultivo para aumentar a los agricultores beneficiados de 108 a 198.
El proyecto, según la Presidencia, partió de “la ocurrencia” de Manuel Rodríguez, de la Cooperativa Unión Agropecuaria de Zafarraya, de Moca, Espaillat, de sembrar alcaparras en Cabeza de Toro, Montecristi, para el mercado local, que demanda unos US$20 millones al año desde Marruecos y Europa, así como para exportar a Venezuela, Brasil y Argentina.
La Dicom, que también difundió un corto emotivo sobre el proyecto, recuerda en un comunicado que “(…) parecería un cuento de hadas y todos sabemos que no hay hadas ni en Moca ni en Montecristi”. Y los agricultores que aseguran tener “la tierra preparada” en espera de las alcaparras ya lo saben.
La cúrcuma puede ser atractiva para los agricultores
El cultivo de cúrcuma se afianza en República Dominicana en lugares como Yamasá, en Monte Plata. Entre 2014 y abril de 2018 el país exportó US$33,178 a lugares como Países Bajos, Haití, Reino Unido, Estados Unidos, Aruba, Curazao y Alemania, según la Dirección General de Aduanas. Sin embargo, entre 2013 y abril de este año el país importó US$129,460 del producto desde naciones como la India, Perú, Colombia, Guatemala y México.
Domingo Lebrón, de la Cooperativa Esmeralda, de Monte Plata, considera que en el país debe haber unas 400 tareas plantadas de cúrcuma, con perspectiva de seguir aumentando. “Todavía a nivel local el consumo es mínimo. Suplimos a el Bravo y tenemos la maquinaria para procesarla y deshidratarla para venderla en polvo”, dice.
Mientras el entomólogo Colmar Serra, del parque agroforestal Ecotopía, ubicado en Samaná, explica que lleva varios años cultivando la cúrcuma a nivel orgánico y que una libra del producto, sin agroquímicos, puede colocarse en el mercado local entre RD$80 y RD$100, por lo que lo considera de alta rentabilidad.