Putin dice que el ‘impeachment’ a Trump es la continuación de una “lucha política interna”
Rusia busca la solución a la guerra civil de Libia para que los bandos enfrentados decidan su futuro mediante el diálogo
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha reconocido que la situación de Donald Trump complica cualquier intento de frenar las nuevas sanciones contra Rusia. El proceso para reprobar al presidente estadounidense, el impeachment aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos, ha recordado el jefe del Kremlin, no significa el fin de su mandato, sino la continuación de una lucha política interna en Washington. Según Putin, después de que las acusaciones de conspiración entre Trump y Rusia no se confirmaran, los demócratas, “que perdieron las elecciones”, están “presionando a Ucrania”.
Sostiene Putin que el diálogo de Rusia con Trump no ha terminado, ya que el proceso de destitución “tiene que pasar por el Senado y, por lo que sé, la mayoría es de los republicanos”. Es demasiado pronto para hablar del fin de la presidencia de Trump, respondió el líder ruso durante su habitual rueda de prensa anual. Sin embargo, reconoció que en la situación actual Trump no podrá actuar para frenar las nuevas sanciones económicas que un panel del Senado estadounidense está preparando contra Rusia y que, entre otros elementos, afectarín al gasodurcto North Stream 2 (mas Báltico).
“Si no hay Start III, entonces no habrá nada en el mundo que frene la carrera armamentística”, advierte Putin, quien señala que Rusia está esperando a EE.UU. para prorrogarlo
”Esto es solo una continuación de la lucha política interna, y el partido que perdió las elecciones, el Partido Demócrata, intenta lograr resultados por otros medios, acusando a Trump de conspiración con Rusia, pero luego resulta que no hubo conspiración. Como en esto no se puede basar la acusación, ahora se les ocurrió presionar a Ucrania “, ha dicho Putin.
Uno de los temas que deben incluir el diálogo entre Moscú y Washington afectan a la renovación del Start III (también llamado Nuevo Start), el único pacto importante de reducción de armas nucleares aún vigente.
Putin señaló que Rusia ya ha propuesto renovar este tratado, que caduca el 5 de febrero de 2021, y que ahora corresponde a EE.UU. pronunciarse. “Si no hay Start III, entonces no habrá nada en el mundo que frene la carrera armamentística”, advirtió el presidente ruso. “Nosotros estamos listos a prolongar el tratado, incluso mañana”, ha afirmado.
En su larga comparecencia, el jefe del Kremlin también se ha referido a los principales conflictos abiertos en el mundo.
El jefe del Kremlin asegura que Ucrania debe negociar directamente con los rebeldes prorrusos del Donbass
El diálogo también debe ser, según el líder ruso, el método para solucionar la guerra civil en Libia. “En nuestra opinión, lo más correcto sería encontrar una solución entre las partes en conflicto que permitiera poner fin a las hostilidades y acordar quién, cómo y bajo qué autoridad gobernará el país. A Libia, en mi opinión, le interesa esto”, dijo Putin.
Ha añadido que discutirá en los próximos días la situación de Libia con una delegación de Turquía. Moscú y Ankara han apoyado a bandos diferentes en un conflicto que se inició en 2014.
”Sabemos que diferentes países mantienen relaciones con ambas partes en conflicto, y el nivel de estas relaciones es diferente. Nosotros, Rusia, estamos en contacto con el gobierno del señor Sarraj (jefe del Gobierno de Acuerdo Nacional, de Trípoli), estamos en contacto con el mariscal Hafter (comandante del Ejército Nacional de Libia”, explicó Putin.
Con esta ya hacen 15 las conferencias multitudinarias anuales que ha celebrado el presidente Putin. Estas comenzaron en 2001, un año después de ser elegido presidente por primera vez, con la intención de hacer balance del año. Pero en 2004 se convirtieron en multitudinarias y maratonianas.
Como en la de este jueves, 19 de diciembre, en las ocasiones anteriores la comparecencia del mandatario ruso ante los periodistas ha comenzado a medio día. Pero nadie sabe cuándo terminará. Según las estadísticas, la media es de cuatro horas de toma y daca. En 2018, duró 3 horas y 43 minutos, tres minutos más que un año antes. En esta ocasión ha rondado las 4 horas y 20 minutos. Pero nunca tanto como en 2008, el año en el que Putin cambió la presidencia por el cargo de primer ministro, cuando estuvo contestando preguntas casi cinco horas.
Putin asegura que el castigo de la AMA a los deportistas rusos es injusto: “Había que haber aplicado un castigo individualmente”
Evidentemente, esta no es una rueda de prensa tradicional. Es un espectáculo en el que los periodistas, la mayoría llegados de las regiones de Rusia, compiten con ingeniosos carteles, banderas o bufandas para captar la atención del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, que se encarga de dar la palabra a los informadores.
Muchos medios de comunicación lejanos a Moscú envían a sus representantes para plantear a Putin cuestiones locales que, de otra manera, difícilmente llegarían al escritorio del jefe del Estado.
Pero el espectáculo que se da en el World Trade Center de
Moscú, a donde se ha trasladado este tipo de conferencias en los últimos años, estaba a punto de írsele de las manos a los organizadores.
Para mantener el control, este año han decidido dar una indicación a los periodistas acreditados sobre la medida de los carteles. Allí pueden poner cualquier mensaje, desde el nombre de su patria chica o el nombre del medio para el que trabaja hasta alabanzas al líder, o pequeñas críticas (”Quince años sin preguntar”, lucía una compañera de Kamchatka). La única limitación que se ha puesto este año es que dichos carteles no sean mayores que un folio tipo A3 para no bloquear el trabajo de los fotógrafos y operadores de cámara.
De hecho, en 2018 una periodista agitaba una bandera rusa que se ganó un comentario del mismo Putin: “La bandera rusa no puede molestar a nadie”.
La mayoría de las preguntas versaron sobre asuntos internos. Algunos de gran importancia, como la situación de la sanidad, la falta de medicinas fundamentales que hay que importar, la reforma de las pensiones del año pasado y la posibilidad negada por Putin de plantear otra reforma, o la falta de vertederos para almacenar los desperdicios de las grandes ciudades rusas, principalmente Moscú y San Petersburgo. Otros menores, como declarar día festivo el 31 de diciembre.
Pero también hubo temas con interés tanto interno como externo, como es la suspensión de los deportistas rusos por el escándalo del dopaje de Estado. Para Vladímir Putin, la decisión de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) es, no sólo injusta, sino que además está lejos del sentido común, ya que según él se ha producido un segundo castigo por una violación antigua. No existe un castigo doble por una misma falta en ningún sistema legal, ha asegurado el presidente ruso.
Además, añadió el líder ruso, la mayoría de los deportistas rusos están limpios y también son castigados. Para él, el castigo había que haberlo aplicado de forma individual. Según él, se ha decidido “apartar” a las rusas. “¿Qué culpa tienen estas niñas?”, se preguntó. “Cualquier castigo debe ser individual. Si alguien es específicamente condenado por algo, entonces es completamente natural y justo. Pero si la gran mayoría de los atletas están limpios, ¿cómo pueden imponerse sanciones?”