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La Academia de Ciencias de la República Dominicana, a través de su Comisión de Ciencias Naturales y Medio Ambiente, expresó su preocupación ante una propuesta del senador de la provincia Peravia, Julito Fulcar, que busca que el presidente de la República reduzca los límites del Monumento Natural Dunas de las Calderas con el propósito de regularizar ocupaciones de terrenos dentro de esta área protegida.
En una entrevista en el programa radial Esto No Tiene Nombre, José Manuel Mateo Féliz, miembro de la Academia de Ciencias, calificó la iniciativa como “inconcebible” y una “violación a la ley”.
Explicó que las ocupaciones —incluyendo construcciones de casas y empalizadas— ocurrieron después de que el área fuera declarada protegida en 1996. Por lo tanto, señaló que quienes han invadido estos terrenos lo han hecho en contravención a la Ley 202-04, que regula el Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Falta de protección y vigilancia
Mateo Félix atribuyó la situación actual a la débil protección y vigilancia por parte del Ministerio de Medio Ambiente. Recordó que el Viceministerio de Áreas Protegidas y Biodiversidad no ha cumplido con su rol de establecer un programa de control riguroso que incluya guardaparques y el apoyo del Servicio Nacional de Protección Ambiental (SENPA).
Aunque en administraciones pasadas se anunció la construcción de puestos de vigilancia, dichas estructuras no se han concluido. Además, indicó que la Academia de Ciencias entregó en 2024 un plan de manejo para las dunas, con directrices claras de protección, pero el ministerio aún no lo ha implementado.
Importancia de un ecosistema único
El académico destacó que las Dunas de las Calderas no son un terreno improductivo, sino un ecosistema único en el Caribe, con gran relevancia para el país y la provincia Peravia. Subrayó que la zona ofrece servicios ambientales clave, como la protección contra vientos fuertes y la salinidad, además de su potencial turístico y científico.
Asimismo, recordó la existencia de una zona de amortiguamiento de 300 metros alrededor del monumento, que, aunque no forma parte del área protegida, debe ser preservada para evitar que actividades externas —como construcciones o industrias— afecten el núcleo de las dunas. Una resolución que flexibilice el uso de esta franja sería, a su juicio, “contraproducente”.
Soluciones y futuro
Ante las invasiones, Mateo Félix propuso que el Ministerio de Medio Ambiente proceda con el desalojo de los ocupantes ilegales, aunque reconoció que el Estado podría considerar un reubicación en otro lugar como medida humanitaria. Sin embargo, advirtió que permitir la permanencia o buscar soluciones recurrentes solo generaría “un círculo vicioso de invasiones, cuyos costos terminarán asumiendo los contribuyentes”.
El experto sostuvo que la verdadera esperanza está en implementar un programa efectivo de protección y vigilancia que evite nuevas ocupaciones y, al mismo tiempo, fomente alternativas sostenibles como el ecoturismo, capaces de generar beneficios económicos sin comprometer la conservación del monumento natural.
