Relación entre la metformina y la pérdida de peso

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Relación entre la metformina y la pérdida de peso

Existe una relación entre la metformina y la pérdida de peso que, aunque todavía no está clara, ha sido registrada en diversos estudios científicos. Sigue leyendo para enterarte cómo este medicamento podría contribuir al adelgazamiento.

Relación entre la metformina y la pérdida de peso
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La metformina y la pérdida de peso tienen un vínculo de muchos años. En primer lugar, se notó que los usuarios que consumían el fármaco para controlar sus glucemias, también reducían kilogramos de peso. Al principio no se sabía si este descenso de grasa era por la dieta o por el medicamento; sin embargo, fue un punto de partida para las hipótesis.

Una de las teorías sugiere que este medicamento tiene la capacidad de reducir el apetito. Por ello, el balance de calorías se pone a favor del descenso de peso. De todos modos, debe quedar claro que no supone una estrategia de elección para adelgazar. ¿Por qué razón? Aquí lo explicamos en detalle.

¿Qué es la metformina?

La metformina es un medicamento antidiabético oral, es decir, que se indica de primera elección en las personas con diabetes tipo 2. Esta forma de la patología es aquella en la que todavía no se requiere el uso de insulina inyectable.

Su forma de acción se concentra en evitar que suba la cantidad de glucosa circulante en la sangre. Esto lo logra a partir del bloqueo de la absorción de azúcares en el intestino, lo que se traduce, al final, en menos disponibilidad del nutriente.

Además, la metformina también actúa en el hígado, lugar en el que ayuda a detener la producción de glucosa. Lo obliga a fabricar glucógeno, que es una forma de depósito del azúcar. Por último, otro punto de acción importante es en el músculo, donde mejora la sensibilidad de este tejido a la insulina.

En definitiva, el medicamento no reduce la glucemia de una persona, sino que evita que ascienda después de las comidas. Por eso, sus horarios de administración son en relación a las grandes comidas de la jornada. Se suelen prescribir 500 u 800 miligramos con el almuerzo y con la cena.

Los casos más severos llegan hasta los 1000 miligramos, dos veces al día, aunque en ese punto se prefiere combinarla con otro hipoglucemiante oral, como la glimepirida, la glibenclamida, entre otras. La elección es muy particular para cada cuadro clínico.

Paciente medición glucemia
La metformina es un medicamento que se indica a los pacientes con diabetes tipo 2. Sirve para mantener la glucosa en niveles estables.

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Los efectos colaterales de la metformina

La metformina puede generar pérdida de peso como efecto colateral. Esto no siempre significa una reacción adversa, sino que, en este como en otros fármacos, hay cuestiones que suceden en paralelo a lo que se pretende cuando se indica por parte del médico.

En primer lugar hablaremos de los efectos adversos, que son aquellos que suceden en sentido negativo. No siempre están presentes, pero cuando lo están, podrían explicar en algunos pacientes la pérdida de peso, puesto que la mayoría son gastrointestinales.

Los consumidores habituales del fármaco padecen náuseas, diarrea y dolor abdominal. También es común el aumento del peristaltismo que acarrea flatulencias y sensación de hinchazón.

Ante esa combinación de signos y síntomas, puede que el paciente reduzca sus ingestas por el malestar. Es posible que no deje la metformina, ya que la indicación médica suele ser precisa y contundente. La diabetes no deja lugar a las interpretaciones sobre cómo abordarla. La prioridad es disminuir la glucemia.

Por otro lado, hay un efecto adverso grave del medicamento que, si bien no es frecuente, representa un riesgo vital. Se trata de la acidosis láctica. En esta situación, la sangre se llena de ácido láctico, producto de una desviación del metabolismo celular por culpa del fármaco. Así, la persona puede padecer síntomas como los siguientes:

  • Confusión.
  • Mareos.
  • Debilidad extrema.
  • Alteraciones del ritmo cardíaco y pulmonar.

El efecto colateral que produce pérdida de peso

La asociación entre pérdida de peso y metformina no se conoce por completo. Se han realizado investigaciones diversas para conocer el por qué del efecto, pero ninguna ha sido contundente.

Una de las hipótesis más fuertes es sobre la alteración del apetito. Se sospecha que reduce el hambre de quienes lo consumen, lo que favorece el balance energético. Si a esto le sumamos la dieta de restricción de hidratos de carbono que se suele indicar, la combinación es favorable.

En cualquier caso, el efecto sobre el peso corporal no es inmediato. Los estudios disponibles han encontrado que el beneficio aparece luego de un año de uso continuado, y se hacen consistentes entre 6 a 15 años después.

Por ello, el efecto se considera de pérdida de peso a largo plazo (LTWL o long-term weight loss, por su acepción en inglés). No es una pastilla mágica ni tampoco fue creada con el objetivo de apoyar una dieta hipocalórica. Debe quedar claro que esta situación se apreció como algo colateral.

El efecto colateral que produce pérdida de peso
La metformina no fue creada con el fin de apoyar las dietas para bajar de peso. Por eso, no se debe considerar un suplemento para adelgazar.

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¿Se puede recetar metformina para bajar de peso?

Como poder recetarse, es posible. De todas maneras, es un fármaco para la diabetes tipo 2, diseñado y comercializado para disminuir los niveles de glucemia en pacientes con alteraciones metabólicas.

Lo que sucede muchas veces es que los pacientes diabéticos con resistencia a la insulina son obesos o poseen sobrepeso. En estos casos particulares, la metformina aparece como una opción de primera línea, puesto que no solo reduciría el azúcar circulante, sino también la grasa corporal. Con todo esto, mejoraría la respuesta insulínica.

El mismo criterio aplica para el síndrome metabólico o el síndrome de ovarios poliquísticos, en los que se combina la falta de acción de la insulina con un peso elevado. De nuevo, la metformina aparece como la estrategia terapéutica lógica.

Sin embargo, si un profesional la receta con el solo objetivo de ayudar a perder peso, sin que haya diabetes, está haciendo un uso «fuera de etiqueta». Esta expresión denomina la prescripción para una utilidad que no está avalada. Puede hacerse, pero no hay evidencia científica para respaldarlo.

Metformina para pacientes diabéticos

Una persona diabética tipo 2, seguramente recibirá una receta de metformina. Es el fármaco de elección para iniciar la regulación de la glucemia. Quizás se prescriba combinado con otro, y en ayuda de cambios dietarios y del estilo de vida.

La evidencia científica es suficiente para confiar en esta sustancia ante alteraciones de los niveles de glucosa. De hecho, en todo el mundo es parte de la fórmula que emplean los endocrinólogos.

Aún así, si solo queremos usarla para la pérdida de peso, deberíamos tener cuidado. Dada la falta de evidencias, se desconoce si a largo plazo puede causar efectos adversos en adultos sanos. Lo mejor es evitar su consumo en estos casos y buscar otras estrategias para alcanzar un peso sano.

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