Rusia busca desdolarizar sus relaciones con Latinoamérica
El Banco Central de Rusia está trabajando en la desdolarización de las relaciones económicas con los países de Latinoamérica, y una gran parte de las naciones de esa región comprende la necesidad de pasar a las transacciones en monedas nacionales, declaró el director del departamento latinoamericano del Ministerio de Exteriores ruso, Alexánder Shchetinin.
«Siempre que sea posible, tratamos de pasar a las monedas nacionales porque, por supuesto, se trata de un problema complejo.
No es solo una cuestión de decisión política, también es una cuestión de equilibrio comercial», explicó Shchetinin en entrevista a la agencia TASS.
El alto funcionario ruso agregó que el trabajo pertinente «está en marcha».
«Una gran parte de los países [de Latinoamérica] comprenden la necesidad de desdolarizar nuestras relaciones económicas exteriores», aseguró, agregando que «será cuestión de expertos y especialistas hacer que esto sea realidad».
De su parte, el Banco Central de Rusia está tratando de introducir las tarjetas bancarias del sistema de pagos ruso MIR en el mercado latinoamericano.
Actualmente, las tarjetas rusas se aceptan en Cuba y en partes del territorio de Venezuela. «Funcionan tanto en la capital, Caracas, como en la isla Margarita, adonde van nuestros turistas», aclaró el diplomático.
Un régimen sin visados
Además, Rusia busca establecer un régimen sin visados con toda Latinoamérica, reiteró Shchetinin, mostrándose seguro de que van a alcanzar ese objetivo paso a paso.
«Tenemos un mecanismo conveniente con México que actualmente está en vigor: las visas electrónicas.
Los mexicanos lo introdujeron para los ciudadanos rusos ya hace cierto tiempo, y ahora hemos introducido el mismo procedimiento para México», recordó el diplomático.
«Por supuesto, no retiramos de la agenda un acuerdo más global y radical, pero el procedimiento actual también es muy conveniente para quienes viajan», puntualizó.
Shchetinin también afirmó que Occidente presiona a los países latinoamericanos por su negativa a suministrar armas a Ucrania.
«Por supuesto, hay presión en este sentido, principalmente con respecto a los tipos de armas de fabricación rusa o soviética que tienen nuestros socios latinoamericanos, y otros tipos [de armas]», indicó.
No obstante, «la posura de los latinoamericanos es muy clara y consiste en que el suministro de armas a la zona de conflicto solo agravará la situación y conducirá a la expansión del conflicto», dijo Shchetinin.
«América Latina no participa en esto y esa situación en este momento sigue siendo absolutamente clara e inequívoca», enfatizó.