
¿Sabes quién es el miembro de la familia real británica que ni siquiera tiene correo electrónico?
Sí, ya sabemos que la principal sospechosa podría llegar a ser la reina Isabel II, pero no, a pesar de sus 96 años es una mujer actualizada en todos los aspectos, incluida la tecnología.
El Palacio de Buckingham ha confirmado que Isabel II tiene su propio smartphone y sabe enviar mensajes de texto. Y, por ejemplo, en 2014 también publicó su primer tuit, escrito por ella misma desde una tablet para celebrar la inauguración de una exposición en el museo de ciencias de Londres. ¿Qué tal, eh?
Y bueno, el segundo sospechoso podría ser el hijo mayor de la Reina, el Prícnipe Carlos y aunque es cierto que siente una desconfianza generalizada hacia la inteligencia artificial y duda mucho que vayan a ser Elon Musk y compañía quienes salven a la humanidad de la crisis climática, ha sabido adaptarse y evolucionar.
Aunque el próximo Rey prefiere los métodos de comunicación tradicionales en su día a día, durante el confinamiento recurrió a las videollamadas y las redes sociales para mantenerse en contacto con el mundo exterior.
Fue en junio pasado cuando la Princesa Ana, hija de Isabel II, estuvo charlando con Meaghan Kall, una homenajeadas en la entregada de premios a los héroes anónimos del coronavirus, celebrada en el castillo de Windsor. Las dos mujeres se entendieron muy bien, tanto que la última le preguntó a Ana si podían seguirse por Twitter para mantener el contacto. La princesa fue tajante en decir:
“Dios mío, ni siquiera tengo una cuenta de email”, según reveló la mujer a The Mail +.
Resulta muy confuso comprender cómo recibe todas las invitaciones a los más de 400 eventos al año que asiste. Y cómo gestiona cada una de sus labores pues es una realidad que la princesa Ana es uno de los Windsor más trabajadores.
Además Ana representa a centenares de organizaciones benéficas y es presidenta de Save The Children.
Sus assitentes deben ser muy cuidadososo para tener métodos acertivos de comunciación que no tengan que ver con los correos y redes sociales.
También sabemos que Ana realiza decenas de viajes al año, en los cuales jamás va acompañada de fotógrafos, odia que le pidan que se pare y posee para las cámaras… genio y figura, hasta la sepultura.