Tumor cerebral: síntomas y causas
Las manifestaciones de un tumor cerebral no son muy claras, por lo que siempre se requiere de pruebas específicas para diagnosticarlo. Se trata de un problema grave de salud que exige medidas inmediatas.
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Un tumor cerebral es un crecimiento anómalo de células en el tejido del encéfalo. Pueden ser benignos, es decir no cancerosos, o malignos, que tienen en su constitución células de crecimiento rápido y expansivo con posibilidad de metástasis.
Así mismo, se dividen en primarios, cuando tienen origen en el cerebro y en las neuronas que allí se encuentran, y metastásicos, si se inician en otra parte del cuerpo, pero llegan al encéfalo a través de una migración metastásica.
Cuando el tumor es canceroso el con pronóstico reservado y grave. Requiere de tratamientos específicos y minuciosos llevados adelante por un equipo médico que tenga experiencia en estos abordajes. La tasa de recuperación varía según el estadio de desarrollo del tumor, el lugar en que se encuentra ubicado y la salud general del paciente.
Posibles causas
Se desconocen las razones por las cuales aparecen los tumores primarios del cerebro. Se sabe que están precedidos por una mutación en el ADN que lleva a que las células anómalas se dividan de forma incontrolada y se multipliquen sin límite, suprimiendo de manera simultánea a las células sanas.
Lo que sí se pueden mencionar son factores de riesgo, o sea, situaciones o características que se asocian a un mayor riesgo de padecerlo. Aquí tenemos a la genética, los metales pesados que intoxican el sistema nervioso, las radiaciones y enfermedades como la epilepsia.
En el caso de los tumores metastásicos, la causa es un cáncer localizado en cualquier otra parte del cuerpo que migra células hacia el encéfalo. Esto ocurre, incluso si la persona está siendo tratada por el padecimiento original.
Las personas que han padecido cáncer de colon, de mama, de pulmón o melanoma, son las más propensas a desarrollar tumores cerebrales secundarios. Un poco por la forma en que estas situaciones oncológicas evolucionan, y otro tanto por la red de vasos vasculares y linfáticos que llevan circulación entre los diferentes tejidos.
Si bien no existe manera segura de prevenir un tumor cerebral, hay evidencias de que el control de las radiaciones y las toxinas ambientales disminuyen el riesgo. Esto es clave en sitios donde la presencia de estos agentes es alta, como las ciudades, las clínicas o las zonas con líneas de electricidad de alta tensión.
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Señales a tener en cuenta para sospechar un tumor de cerebro
Existen ciertos síntomas que sugieren la presencia de un tumor cerebral. Es necesario aclarar que esas manifestaciones, por sí solas, son apenas unos indicadores que deben corroborarse mediante las pruebas clínicas del caso.
Algunos de los síntomas típicos son los siguientes:
- Dolor de cabeza: si la cefalea se presenta a menudo y va en aumento, se debe acudir a un médico. Este síntoma es indicador de tumor encefálico y se presenta en la mitad de quienes resultan ser pacientes oncológicos. Ello se debe a que el tumor crece y aumenta la presión intracraneal.
- Náuseas y vómitos.
- Visión borrosa: cuando hay un tumor cerebral, la visión borrosa suele presentarse acompañada de pérdida de la visión periférica y vista doble. También aparecen dificultades auditivas asociadas en casos puntuales.
- Problemas con el equilibrio.
- Volubilidad del carácter o la personalidad.
- Convulsiones.
- Excesiva somnolencia.
Así mismo, es posible que se experimenten dificultades para expresarse, hablar y hasta para ordenar los pensamientos o retener datos en la memoria. La confusión a la hora de tratar temas específicos o cotidianos es una alerta.
Cuando una persona acude a la consulta médica porque padece alguno o varios de los síntomas enumerados, su profesional de cabecera indicará un exhaustivo examen neurológico. La sospecha inicial es muy importante y determina los pasos a seguir a futuro.
Es posible que se soliciten resonancias magnéticas, tomografías computarizadas o hasta una biopsia. Esta última, en la actualidad, es posible de realizar con riesgos mínimos para el paciente, ya que se ha evolucionado en la técnica para convertirla en una posibilidad más al alcance, aún considerando la delicadeza del tejido del encéfalo.
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Tratamiento del tumor cerebral
Una vez que se tiene el diagnóstico de tumor cerebral, los tratamientos son variados y dependen de cada caso. Se evalúa el tipo de tumor, su ubicación y tamaño. En caso de que sea posible acceder al mismo y esto no represente un riesgo elevado, lo habitual es que se haga una cirugía para extirparlo.
La cirugía puede ser convencional o practicada por radiocirugía. Esta última elimina las células tumorales con radiación y, por lo general, se emplea cuando el tumor afecta un área pequeña.
En algunos casos solo se hace un tratamiento de radioterapia externo para destruir las células. Tanto la cirugía como la radiación tienen efectos secundarios adversos, como fatiga extrema, irritación del cuero cabelludo y amnesia.
Otra posibilidad es la quimioterapia. En este caso, se suministran medicamentos que matan las células tumorales, aunque a costa de efectos secundarios más notorios, como vómitos, náuseas, alteraciones sanguíneas o pérdida del cabello.